Es un gran honor para este modesto decano participar como uno de los presentadores del nuevo texto histórico, fruto de una ardua investigación, del académico de nuestra Facultad, doctor Zenobio Saldivia Maldonado, en esta producción científica dedicada a tan ilustre hijo de nuestra patria: don Francisco Vidal Gormaz, fundador del SHOA y Padre de la Hidrografía Nacional2.
El profesor Saldivia es un destacado académico y filósofo de nuestra Universidad Tecnológica Metropolitana, con una vasta trayectoria en docencia, dilatada actuación acuciosa en investigación histórica de la ciencia, publicaciones de innumerables artículos y libros que superan la veintena, así como relator de conferencias y presentaciones en distintos países latinoamericanos, que entre otros importantes reconocimientos tanto en Chile como en el extranjero, le han valido nuestro incondicional respaldo institucional para ser postulado al Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales en 2019.
Con el mayor agrado en esta ocasión, y tras revisar el apasionante contenido de la obra que nos congrega (Saldivia, 2021), lo primero que considero necesario destacar está relacionado con la condición humana de don Francisco Vidal Gormaz, señalada en el texto, que “nace en Santiago el 1 de julio de 1837, hijo de don Francisco Marcos Vidal Gómez y de doña Margarita Gormaz y Gutiérrez, que tuvo 5 hermanos y que en 1851 inicia sus estudios náuticos. Se casa con su prima doña Domitila Margarita Vidal y Crespo, con quien tuvo doce hijos. Disfrutaba de la tranquilidad de la familia, de la afabilidad con sus amigos, entre ellos el astrónomo José Ignacio Vergara, del ingeniero y yerno Alejandro Bertrand, del político y polígrafo Benjamín Vicuña Mackenna, de los médicos y naturalistas Rodulfo Amando Philippi, Francisco Fonck y Carlos Martin y del historiador y polígrafo José Toribio Medina y de su subordinado, el oficial naval Roberto Maldonado, entre tantos otros” (2021, pp. 18-19).
Nuestro homenajeado de hoy “permaneció en la Marina Chilena por casi 45 años” y durante ese periodo cultivó “una vasta red de contactos científicos tanto del país como del extranjero” y dado “a su espíritu amistoso, en sus exploraciones, siempre contó con personas que le ayudaron con información, trabajo e implementos; entre éstos: científicos, prácticos, hacendados, colonos, agricultores, empresarios madereros, baqueanos, nativos y lugareños entre otros” (2021, p. 19).
Sirvió a la patria, aún ya estando en la vida tranquila de su casa, tras su incansable y entusiasta actividad creadora y científica, hasta el día de su fallecimiento en Santiago, el 5 de marzo de 1907.
Ahora bien, corresponde destacar dentro de su vasta obra al servicio del país el interés de Francisco Vidal Gormaz por conocer y levantar cartas hidrográficas de toda la costa chilena. Podemos colegir de este interesante trabajo, que se trata de una actividad de gran ocupación y tiempo extendido durante gran parte de su carrera, primero porque en su época había escasa información al respecto y, segundo, que la misma, según las investigaciones y levantamientos realizados por él y sus equipos de trabajo, adolecía de precisión, lo que seguramente debía corregirse, etapa natural de todo proceso investigativo científico, tanto para asegurar una correcta navegación en tiempos de guerra como para la navegación comercial, que era la mayor forma de transporte para la conexión entre las muy distantes zonas norte y sur del país.
Del mismo modo cabe destacar que, debido a los periodos de históricas contingencias en el país, en que se inserta este relato de la época en que vivió nuestro insigne marino y desarrolló sus aportes, sucedieron diversas necesidades de información cartográfica con la cual finalmente, entre otras aportaciones, “contribuye también a la identificación de los lugares más apropiados para fundar pueblos e integrar a la soberanía nacional”, ello durante la Pacificación de la Araucanía. Además, sus estudios aportaron significativamente en la navegación “para la consolidación de la expansión territorial hacia Magallanes, iniciada en 1843, con la toma de posesión del Estrecho homónimo”, ahora con cartografía actualizada, pues la existente en esa época “provenía de la Armada Imperial Española de fines del siglo XVIII y de las expediciones organizadas por el Almirantazgo Británico, en las décadas del veinte y del treinta del siglo XIX”. Además sus estudios fueron determinantes para los periplos navales hacia y desde el norte durante la Guerra del Pacífico, sumados a otros importantes levantamientos en el resto de la costa chilena, que se detallan a través del recorrido de este interesante texto, producto de una exhaustiva revisión bibliográfica de nuestro autor y, que gracias a las claras puestas en escena literaria, nos transporta a quienes hemos tenido la ventura de haber estado de visita o vivido en algún o en varios de los locus que aquí se describen; cosa no muy difícil, pues es tan abarcador el trabajo desarrollado por Vidal Gormaz, que es seguro que a la mayoría de lectores y lectoras les hará recordar con especiales añoranzas más de alguno de estos emplazamientos.
Seguidamente, es menester enfatizar en la vastedad de intereses científicos de Francisco Vidal Gormaz, pues es tan amplio el espectro de trabajo, en muchos casos autoimpuesto, que no solo da respuesta a las solicitudes de sus superiores o de las mismas instancias que dirige o participa, sino que siempre aporta otros aspectos, ya sea etnográficos, geográficos, costumbristas, bióticos y/o de cualquier otra ciencia, que complementan de modo extraordinario sus investigaciones. Todo esto queda reflejado con lujo de mucho detalle en la redacción, que va ordenada en ascendencia desde los inicios profesionales de Vidal Gormaz.
Entre otros intereses cabe destacar los estudios que dan cuenta de la ubicación precisa de la Isla de Chiloé, que según sus conclusiones a anterior medición, dice “es darle 160 leguas más de largo que no tiene, como también confundir con el nombre de Chonos todas las tierras magallánicas”. Del mismo modo “el oficial Francisco Vidal Gormaz, frente a esta y otras descripciones, realiza numerosas correcciones a los datos entregados por el científico civil Cox en relación al cuerpo físico de Chiloé y sus costas; v. gr.: en cuanto a la identificación de islas e islotes del Archipiélago de Chiloé, Cox señala que existen 63 islas y que de ellas 36 están habitadas; en cambio el oficial Vidal Gormaz hace constar que en rigor son 95 islas y más de 36 islotes” (2021, p. 41). En similar aclaración tras sus experiencias “señala que los datos sobre eventuales fuentes termales ubicadas entre el Río Puelo y el Río Cochamó, aportados previamente por el médico y naturalista Francisco Fonck […] han sido imperfectos” (2021, p. 41).
Nuestro autor señala que “este tipo de aclaraciones y/o correcciones descriptivas o cuantitativas, sobre adquisiciones cognitivas son muy frecuentes en la prosa de nuestro hidrógrafo […] y las aplica rigurosamente cuando corresponde. Es parte constitutiva de su “matriz epistémica”; es otra nota de su percepción de la ciencia que la entiende como un constructo organizado y sistemático que apunta a buscar la exactitud y la completitud sobre los hechos el mundo, y la corrección oportuna de la información con el adecuado apoyo empírico. De hecho, sus correcciones científicas valen para todos los autores, incluidos sus amigos, como en el caso anterior en que corrige las afirmaciones del médico Francisco Fonck, que ya presentamos. Y las mismas no se agotan exclusivamente en torno a objetos de estudio de la hidrografía, sino que abarcan también a referentes de otras disciplinas, como la geografía, topografía, cartografía o astronomía, entre otras. En efecto, en relación con la astronomía por ejemplo, en 1865 corrige la longitud de la ubicación de la Escuela Naval que le había asignado antes, tanto el oficial naval norteamericano James Gillis como también el director del Observatorio Nacional Carlos Moesta (2021, p. 90).
Otras aportaciones relevantesm que se destacan en este texto, son aquellas que dan cuenta las innumerables actividades emprendidas por Vidal Gormaz, que se materializaron tanto en publicaciones como en instancias formales de nuestra Armada y país. Estas figuran detalladas bajo los siguientes títulos:
Sus propuestas y contribuciones en otras disciplinas vinculadas con la hidrografía y con temas navales
- Incrementos en procedimientos y práctica naval
- La propuesta de gratuidad: su labor en la Escuela Náutica de Ancud
- Propuesta de ampliación de la Oficina Hidrográfica y creación de una Oficina de Grabadores
- Proyecto de implementación de faros costeros
- Sugerencias de normativas acuícolas y pesqueras y preocupación por la ecología marina en general
- La propuesta y sueño del astillero naval en Chiloé
- Estudios meteorológicos
- Descripciones sismológicas
- Aportes en astronomía
- Su preocupación sistemática por la historia natural
- Sus trabajos sobre Historia Naval
- El Anuario Hidrográfico de la Marina
- Noticias hidrográficas
- Jeografía Náutica de Chile
Gestor y difusor del imaginario colectivo chilensis: en cuyo espacio “nuestro hidrógrafo también contribuye a dar cuenta de una visión de la naturaleza chilena o natura chilensis, en tanto hace diversos alcances de la interacción entre los nativos y lugareños con el entorno, con el medio, destacando los aspectos humanos, personales y sociales en sus vínculos con los referentes de la flora y fauna del entorno” (2021, p. 109), según describe el autor.
De modo especial, debido a la importancia mundial que ha supuesto, nos obliga a destacar la participación colegiada que tuvo Francisco Vidal Gormaz en el Congreso Internacional del Meridiano, en Washington, Estados Unidos, en 1884, instancia en que su representación se inclinó por la definición del uso universal del meridiano 0 de Greenwich, entre diferentes posturas de países europeos, pues en Chile ya se aplicaba. En ese mismo congreso se decidió el uso universal del horario para el día de 0 a 24 horas. Ambos acuerdos que hasta nuestros días son plenamente vigentes en todo el mundo.
Para ir culminando la presentación correspondería destacar algunas labores de Francisco Vidal Gormaz, para insertar la producción científica de la Armada de Chile en la comunidad nacional y cómo impactó tanto que logró consolidar la hidrografía como una nueva ciencia con perfil bien definido en la ciencia nacional. Nuestro autor señala: “al respecto, como ilustración, tengamos presente nada más que entre las décadas del sesenta y el ochenta, solamente en los Anales de la Universidad de Chile, publica una veintena de artículos e informes sobre sus excursiones hidrográficas o estudios meteorológicos y geográficos […] Dicha preocupación constante por dar a conocer sus trabajos científicos, si bien corresponde en lo inmediato a la necesidad de mostrar el resultado de una comisión profesional específica; pero además está articulada con otra nota de su idea de ciencia: la difusión oportuna y por todos los medios posibles de las adquisiciones cognitivas logradas en hidrografía y en los distintos campos disciplinarios. Y podemos sostener esta tesis, no solamente porque es posible observar la publicación de sus diversos artículos en las revistas mencionadas, sino también por el hecho de que nuestro oficial hidrógrafo, luego de asumir como director en 1874 de la recién creada Oficina Hidrográfica de la Marina, inmediatamente comenzó a establecer diversos medios comunicacionales para la Armada, como el Anuario Hidrográfico de la Marina por ejemplo, que ve la luz al año siguiente. Pero al parecer, este medio y los que va creando después, no le parecen suficientes para difundir los nuevos conocimientos y por ello continúa también publicando en los órganos científicos de la civilidad, en especial en los Anales de la Universidad de Chile, entre otros” (2021, pp. 48-49).
“Con razón en esta década, ya diversos órganos extranjeros lo mencionan como uno de los principales hidrógrafos chilenos. Al respecto, traigamos a presencia el Diccionario Biográfico Americano, del investigador José Domingo Cortés, que vio la luz en París en 1876 y que presenta una nota destacada sobre la contribución hidrográfica de Vidal Gormaz […] logra consolidar un paradigma o modelo de trabajo hidrográfico y de las ciencias de la tierra en general, para la formación de científicos desde la Armada, que además actúa como un puente de colaboración con los exponentes de la historia natural. Por ello, nuestro hidrógrafo con su equipo, estimula y ejecuta la exploración de todo el universo costero del país; y además de los levantamientos cartográficos, incluye eventualmente descripciones sobre referentes orgánicos, ora de la flora y/o de la fauna de las regiones que debe explorar. De este modo, se complementa así, desde la Oficina Hidrográfica de la Marina, el reconocimiento del territorio que habían principiado a realizar los sabios europeos contratados por el gobierno, entre las décadas del treinta y el cincuenta del siglo XIX”. (2021, p. 49).
Por lo tanto, “esta preocupación de nuestro hidrógrafo corresponde a su peculiar noción de ciencia que a su juicio debe incluir exactitud, apoyo empírico, mensuración, actualización bibliográfica, adecuada difusión y completitud acerca del objeto de estudio; sea un referente cartográfico, regional, náutico, potamológico o lacustre” (2021, p. 48).
Finalmente cabe decir, a modo de conclusión tras la lectura del texto, en primer lugar, que la organización de los escritos, debidamente respaldados en la bibliografía existente y la capacidad de abstracción de nuestro autor, ya conocida a través de sus libros precedentes, hace que la lectura se convierta en una verdadera experiencia de ir recorriendo los contenidos e ir armando cada quien su propio escenario del territorio, según sea su capital acumulado en los viajes y vivencias o ilustraciones visuales, de los diferentes lugares que aquí aparecen en comento. Todo ello colabora en despertar el interés por adentrarse pronto en lo que sucede más adelante en el relato. En lo personal puedo destacar que el haber vivido durante 3 años solo a 100 metros, al lado oriente del meridiano 0, en su pasada por España, este libro me ha traído al presente grandes y maravillosos recuerdos, además de poder entender acerca de esta convención y, máxime, sabiendo ahora que Vidal Gormaz fue parte de esta oficialización.
Más aún, si a lo anterior sumamos todo el capital científico aportado por nuestro ilustre Francisco Vidal Gormaz, que se describe con impecables detalles, nos ubica ante una silenciosa, persistente y muy necesaria disciplina precisa, que ha sustentado el movimiento naval en nuestro país de modo seguro durante alrededor de 150 años.
Además es tan clarificador el postulado de la época en que nos ha situado nuestro autor, acerca de “que con toda la información resultante de estas exploraciones realizadas por el oficial Vidal Gormaz y de la Marina en general, las autoridades nacionales puedan enseguida decidir acerca de asentamientos poblacionales en tal o cual región, o sobre la construcción de caminos, puentes y acueductos, o sobre la canalización o no de ciertas zonas de los ríos del sur o del centro del país, o de la eventual construcción de muelles o puertos, o de la erección de faros en puntos estratégicos de la navegación costera austral, entre otros tópicos. Por tanto, el aporte cartográfico y científico en general de la Marina, contribuye así a consolidar la conectividad político-administrativa, productiva y comunicacional de estas regiones, con el resto del territorio nacional”. (2021, p. 43)
Ciertamente, queda de manifiesto que “por su gestión en la dirección de la Oficina Hidrográfica de la Marina, logra articular la más amplia información científica sobre las características de las costas, de los lagos y de los ríos del país. Y precisamente estos dos principales ejes de su trabajo, le permiten dar cuenta del corpus hidrográfico del país y por ello, es posible considerarlo como el fundador de la hidrografía en Chile”. (2021, p.129).
Por todo lo anterior, entonces, se puede compartir lo que asegura el doctor Zenobio Saldivia, en cuanto a que “la aportación global realizada por Francisco Vidal Gormaz, que cubre la más amplia mirada de la realidad hídrica del territorio nacional, desde diversas disciplinas y centrada en la hidrografía; constituye un rasero de producción científica individual y colegiada que aún no ha sido sobrepasado, al interior de la Armada de Chile” (2021, p. 130).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Saldivia Maldonado, Z. (2021). Francisco Vidal Gormaz: Fundador del SHOA y Padre de la Hidrografía Nacional. Valparaíso, Chile: Corporación del Patrimonio Marítimo de Chile. Recuperado de: https://patrimoniomaritimo.cl/images/Libropenton/Vidal%20Gormaz.pdf
Corporación del Patrimonio Marítimo de Chile (4 de mayo de 2021). Corporación realizó el lanzamiento del libro Francisco Vidal Gormaz: Fundador del SHOA y Padre de la Hidrografía Nacional. Recuperado de: https://patrimoniomaritimo.cl/index.php/noticias/item/116-corporacion-realizo-lanzamiento-del-libro-francisco-vidal-gormaz-fundador-del-shoa-y-padre-de-la-hidrografia-nacional
UTEM (27 de mayo del 2021). Académico presenta libro sobre el fundador del SHOA y padre de la hidrografía nacional. Recuperado de: https://noticias.utem.cl/2021/05/27/academico-presenta-libro-sobre-fundador-shoa-y-padre-hidrografia-nacional/