Artículo Vol. 1, n.º 11, 2020

Enseñanza de ciencias de la naturaleza en pospandemia: una propuesta para una agenda verde

Autor(es)

Jerônimo Freire, Pedro Henrique de Oliveira Freire

Secciones

Sobre los autores

RESUMEN

Las escuelas en Brasil y en el mundo han estado cerradas desde marzo de 2020 para maximizar la distancia social y minimizar la propagación de la pandemia de covid-19 entre estudiantes y docentes. Este artículo analiza la situación de la educación científica en la educación básica brasileña en la pospandemia, teniendo en cuenta los resultados de los exámenes nacionales e internacionales de los últimos años. En términos metodológicos, utilizamos una búsqueda bibliográfica y observación de prácticas pedagógicas en escenarios de estudio (presencial y online). Se concluye que la enseñanza de las Ciencias por sus particularidades, como el conocimiento procedimental, el trabajo colaborativo y el uso de equipos, tendrá serias dificultades en la pandemia y en la pospandemia. Como solución, proponemos una agenda verde, con el proyecto Mi Escuela es Sostenible.

ABSTRACT

Schools in Brazil and in the World have been closed since March 2020 to maximize social distance and minimize the spread of the covid-19 pandemic among students and teachers. This article analyzes the situation of Science Education in Brazilian Basic Education in the Post-pandemic, considering the results of national and international exams in recent years. In methodological terms, we use a bibliographic search and observation of pedagogical practices in study scenarios (in person and online). It is concluded that Science teaching due to its particularities, such as “procedural knowledge”, collaborative work and use of equipment, will have serious difficulties in the pandemic and in the Post-Pandemic. As a solution, we propose a green agenda, with the proposal of the My School is Sustainable project.

 

INTRODUCCIÓN

Actualmente las noticias de los medios de comunicación presentan información sobre la crisis de salud en periódicos, medios impresos y/o digitales, utilizando gráficos, tablas e imágenes para informar sobre la pandemia de covid-19, la cual ha causado una importante alteración de los sistemas educativos en toda la historia de la humanidad, afectando a casi 1.500 millones de estudiantes en más de 190 países de todos los continentes. El cierre de escuelas y otros espacios de aprendizaje afectó al 94% de la población estudiantil mundial, hasta el 99% en los países pobres (Unesco, 2020). Algunas naciones que han intentado paliar los problemas derivados de la pandemia, utilizando estrategias que utilizando las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC). La pandemia covid-19 anticipó cambios que ya estaban en marcha en algunos sectores de la sociedad, como el trabajo a distancia, la educación en línea, la búsqueda de la sostenibilidad. Se postula que es un buen momento para prosperar en reforzar las estrategias para concretar los desafíos de logros la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, que debido a la Pandemia pueden frustrar resultados futuros (ONU, 2015).

El presente trabajo está organizado en Educación y pandemias covid 19, colocando la educación brasileña al frente de los principales exámenes nacionales e internacionales. La segunda sección presenta una mirada sobre la educación científica en la escuela pospandemia. La tercera propone una solución de Implementación de la Agenda Verde en la Educación Científica para Escuelas Básicas, con énfasis en el proyecto educativo Mi Escuela es Sostenible (Minha Escola é Sustentável). Este trabajo es el resultado de una metodología de investigación bibliográfica, que incluye observaciones del ambiente de trabajo en las escuelas primarias de Natal (RN) – Brasil.

 

1. EDUCACIÓN Y PANDEMIA COVID-19

Las rutinas tradicionales en los entornos educativos de la mayoría de las instituciones educativas del mundo siguieron su ritmo habitual hasta marzo de 2020, cuando la Organización Mundial de la Salud inició oficialmente el estado de Pandemia por covid-19, desde entonces los escenarios se han ido adaptando según evaluaciones de gobiernos locales (Geneva Environment Network, 2020).

La pandemia de covid-19 ha provocado cambios drásticos en nuestra vida (relacionados con las medidas de aislamiento), en el trabajo, en la escuela o en la realización de las tareas cotidianas de rutina, y millones de personas en todo el mundo han tenido que adaptarse rápidamente y encontrar nuevas formas de hacer las cosas. Toda esta situación ha provocado en la mayoría de las personas acciones que nos obligan a salir de la zona de confort y pensar desde ella. También se percibe esta fortaleza, en el contexto de las instituciones (OMS, gobiernos, empresas, universidades, centros de investigación), en acciones que pueden conducir a diagnósticos más precisos, nuevos medicamentos y, sobre todo, a una vacuna que pueda tranquilizar a la humanidad. Los humanos aprendemos de nuestras adversidades, la historia lo ha registrado en varias situaciones, tales como: peste negra, cólera, tuberculosis, viruela, tifus, fiebre amarilla, sarampión, malaria, sida, gripe porcina y ah1n1. La herramienta que se utiliza en todas las situaciones es el conocimiento científico, y en el siglo XXI tenemos este desafío. Es en este contexto se enfatiza importancia de la calidad de la enseñanza de las ciencias naturales, incrementando el acceso a la información de calidad para que la población tenga conocimientos científicos confiables y contrastables.

Para el Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), la alfabetización científica se refiere tanto a adquirir el conocimiento de la ciencia como el conocimiento de la tecnología. Por lo tanto, una persona científicamente alfabetizada está preparada para participar en una discusión informada sobre ciencia y tecnología, que requiere las habilidades y actitudes para discernir problemas graves en su contexto (Sequeiros, 2015). La investigación realizada desde 2010 por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) sobre la percepción pública de la Ciencia y la Tecnología en Brasil, ha evolucionado y muestra que los brasileños comprenden que la práctica científica es la clave de nuestro futuro, aun cuando tienen poco acceso a los espacios culturales y bajo consumo de información sobre ciencia y tecnología (CGEE, 2019). En Brasil, al poner a los estudiantes en línea, expusieron la realidad de las desigualdades en el sistema educativo brasileño, desde la necesidad de miles de niños que dependen de las escuelas para su alimentación y un entorno seguro, hasta la brecha digital, ante la cual los estudiantes, sin las computadoras o dispositivos móviles (tabletas y teléfonos inteligentes), conexiones confiables a Internet, se ven afectados en el proceso de formación. El escenario de Pandemia de la mayoría de las escuelas brasileñas presenta la mediación profesor/alumno con el uso de medios –insuficiente (no todos los lugares tienen conectividad de banda ancha estable y confiable); con tecnologías (no todas las escuelas tienen la tecnología que necesitan o el soporte técnico para hacerlo realidad con calidad); recursos humanos capacitados (la inexperiencia de la mayoría de nuestros maestros, principalmente los nativos) y la existencia de tecnologías en los hogares (hardware, software y conexión a internet)– para que la realidad referida cambie. Podemos ver es que la crisis de salud se expuso la fragilidad de nuestro sistema educativo. Un número importante de instituciones educativas tuvieron que improvisar como solución alternativa la llamada educación a distancia.

En cuanto a los antecedentes de la situación de la Educación en la evaluaciones PISA (OCDE, 2018), donde participaron 79 países / economías, siendo 37 miembros de la OCDE y 42 socios. En Sudamérica, Brasil (404) quedó en último lugar, empatado con Argentina y Perú en el dominio promedio en Ciencias y presentó un desempeño promedio en Ciencias estadísticamente inferior al desempeño promedio de Chile (444), Uruguay (426) y de Colombia (413). Otro antecedente relevante es el Informe de Riesgo Global 2020 en el que Brasil ocupa el lugar 133 entre 139 países evaluados en el área de Educación Científica y Matemática (WEF, 2020). El Índice de Desarrollo de la Educación Básica (INEP, 2019) evalúa el conocimiento de los estudiantes de portugués y matemáticas (SAEB), además de considerar las tasas de reprobación en cada ubicación. Según datos del INEP, en los primeros años de la escuela primaria (hasta el 5º año), Analizándo los resultados del IDEB2019,  el Ideb nacional, superó la meta (5,9 – 5,7). Sin embargo, en los últimos años (6º a 9º grado), obtuvo un rendimiento inferior (4,9 – 5,2). En la red privada, los colegios privados no alcanzaron la meta de 7,1 para 2019, situándose en 6,4. Esta red concentra el 15,4% de las matrículas en los últimos años de la escuela primaria. En la escuela secundaria, la evaluación estuvo lejos del objetivo (4.2 – 5.0). Si comparamos IDEB (examen nacional) con PISA (examen internacional), el primero solo evalúa portugués, matemáticas y Ciencias, como sucede en PISA, percibiríamos la brecha educativa en la que nos encontramos, además, dependiendo de la política adoptado en el estado, las tasas de aprobación pueden ser recuperadas, presentando resultados dudosos en cuanto a la calidad de la educación en los respectivos municipios.

Países como China, Corea del Sur, Italia, Francia, Reino Unido y otros, están retomando paulatinamente las actividades educativas, teniendo en cuenta determinados protocolos de seguridad para evitar una nueva ola de covid-19. La combinación de medidas de protección, como la distancia social y el uso de mascarillas y alcohol en gel, medidas de temperatura y con pruebas y tecnología extensivas, como se observa en países asiáticos como Japón y Corea del Sur, ha demostrado inicialmente efectiva. Las aulas deben tener un diseño que permita la distancia física, por ejemplo, limitando el tamaño de las clases o transfiriendo la educación a espacios más grandes (gimnasios y áreas de estar abiertas). Es fundamental crear una cultura de salud y seguridad en todas las escuelas, aplicando pautas de mitigación de virus utilizando enfoques positivos en lugar de disciplinar a los estudiantes (Oliveira, 2020).

 

2. UNA VISIÓN DE LA EDUCACIÓN CIENTÍFICA POSPANDEMIA

Pasar horas frente a una computadora, impartiendo una clase, es habitual para los docentes que están adaptándose al uso de las tecnologías en este escenario de pandemia. Se observa que el antiguo modelo profesor-alumno dejó de existir y abrió espacio a variadas innovaciones, marcando una rápida transición de las clases presenciales a los sistemas de aprendizaje online, como la única opción existente debido al aislamiento social (Morgado, 2020). ¿Qué podríamos esperar de un curso de Ciencias y Matemáticas pospandemia?

La enseñanza de las Ciencias y las Matemáticas en este período pandémico tiene algunas restricciones que impactan los resultados del proceso de enseñanza y aprendizaje. Incluso teniendo en cuenta el uso de las TIC en el proceso de mediación, la falta de contacto colaborativo entre equipos de trabajo y el uso de equipos de laboratorio pueden afectar los resultados futuros de los exámenes PISA e IDEB. Se postula el conocimiento procedimental como inexistente en las acciones de mediación del docente con sus alumnos durante el período pandémico (Teixeira, 2019). Por otro lado, ante las grandes dificultades de la crisis sanitaria, la escuela y sus equipos de docentes deben seleccionar qué contenidos son importantes para trabajar en este período de pandemia y en la pospandemia. Probablemente, los contenidos de biología, salud, química y sostenibilidad previstos para el curso escolar sean los que tengan más sentido durante el aislamiento preventivo en el contexto de la pandemia de covid-19 (Dias, 2020).

 

3. IMPLEMENTACIÓN DE LA AGENDA VERDE EN LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS EN LAS ESCUELAS BÁSICAS

Dado que los gobiernos y los agentes financieros internacionales (FMI, Banco Mundial) tendrán que abrir las arcas para recuperar la economía de la pospandemia, optando por volver a lo que eran antes o a condicionar la ayuda a nuevos estándares que conlleven, a algunos dilemas socioambientales. Tales como: agotamiento de los recursos naturales, desertificación, cambio climático, pérdida de tierras para cultivo, destrucción de bosques, pérdida de biodiversidad, contaminación de los océanos, acumulación de desechos (basura) y en el aspecto global, aumento de la temperatura promedio del planeta (el nivel del mar está subiendo). Es una forma de obligar a los sectores de la economía a estimular una mayor inversión en energías renovables, preservación del bosque en pie, seguridad alimentaria, teletrabajo, generación de empleo e ingresos, regeneración de ambientes degradados, salud, seguridad y bienestar de personas y comunidades (Geneva Environment Network, 2020).

La crisis socioambiental es una asignatura que debiese ser estudiada vista en el contexto de la escuela desde un punto de vista práctico, donde sus principales actores puedan participar de forma colaborativa, conectada, y principalmente, como líderes de opinión.

El educador Edgar Morin concibe el escenario escolar como una entidad compleja, que engloba una variedad de disposiciones, estratos socioeconómicos, emociones y culturas, por lo que lo ve como un lugar impregnado de heterogeneidad. Por ello, considera que este es el espacio perfecto para iniciar una transformación de paradigmas, en la forma convencional de pensar el entorno escolar. Este contexto debe tener un significado profundo para los estudiantes. El camino señalado por Morin es el de una mirada que se sale del estrecho ámbito de la disciplina, comprende el contexto y adquiere el poder de encontrar la conexión con la existencia. Es necesario romper con la fragmentación del conocimiento en campos restringidos, dentro de los cuales se privilegian ciertos contenidos, y también, eliminar la estructura jerárquica vigente entre las disciplinas. En pleno siglo XXI, ya no tiene sentido utilizar estrategias basadas en repeticiones que solo activen la memoria a corto plazo. No es aceptable un proceso educativo en  el que no hay descubrimientos, solo reproducción de algo ya estructurado y determinado por el profesor. Los estudiantes necesitan desafíos, estrategias de enseñanza que motiven la búsqueda y el interés por aprender, esto es posible a través de métodos de aprendizaje activo (situaciones problemáticas relacionadas con la sostenibilidad). Los países del mundo tienen grandes desafíos para el siglo XXI, uno de los cuales es preservar los recursos naturales para las generaciones futuras. En ese sentido, la educación es el pilar fundamental para lograr la transformación de la forma de vida actual (Morin, 2000).

 

3.1. La propuesta Minha Escola é Sustentável

Dado la visión de la educación brasileña anteriormente expuesta en escenario pospandemia, nace Mi Escuela es Sostenible (Minha Escola é Sustentável). La propuesta tiene como objetivo discutir de manera investigativa el contenido de las ciencias naturales y sus tecnologías, según el sesgo de sustentabilidad, con el propósito de cumplir con las unidades temáticas del MEC Base Curricular Común Nacional (MEC, 2015) y los Objetivos Desarrollo Sostenible (ODS). El proyecto consta de manuales (libros), guías prácticas de actividades de las ciencias naturales y sus tecnologías y KIT (equipos), pilares del proyecto para ser implementados en instituciones de Educación Básica, dirigidos a estudiantes y docentes, con el fin de trabajar en equipos multidisciplinares a través de talleres.

El escenario de este proyecto educativo es la escuela (en el contexto de situaciones relacionadas con la sustentabilidad sobre la base de los ODS 2030), se incita a los alumnos de primaria a diagnosticar problemas relacionados con el uso del agua, la energía y diversos tipos de contaminación. La práctica pedagógica se basa en el enfoque STEM (Moreira, 2018), que favorece el aprendizaje por experimentación. La Metodología STEM se conoce como un enfoque pedagógico que integra áreas y se basa en proyectos, con el objetivo de formar personas con conocimientos diversos para que desarrollen diferentes habilidades, entre ellas las competencias de la Base Curricular Común Nacional (MEC, 2015), trabajando en temas socioemocionales, preparando a nuestros estudiantes para los desafíos futuros. Al experimentar el aprendizaje a través de metodologías activas, el alumno tiene la oportunidad de enfrentarse a las Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas de forma creativa, sin perder el enfoque investigativo. El papel principal del profesor es motivar (de acuerdo con una actividad planificada) para dar el comienzo inicial colocando la situación del problema en contexto en el escenario de la Escuela. Luego de una breve lluvia de ideas, los estudiantes, establecidos en grupos de trabajo, identifican el problema, investigan, debaten, interpretan y producen posibles justificaciones y soluciones o resoluciones, o recomendaciones. Las actividades investigativas se inspiran en “los principios de la escuela activa, el método científico, una enseñanza integrada e integrada por contenidos, los ciclos de estudio y las diferentes áreas involucradas, en las que los estudiantes aprenden a aprender y se preparan para resolver problemas relacionados con tu futura profesión” (Moram, 2019). Esta propuesta enfatiza el análisis de datos reales, utilizando instrumentos de medición fáciles de adquirir y utilizar, con la ayuda de recursos digitales, tales como: aplicaciones específicas, juegos y contenidos disponibles en la red de Internet de dominio público.

El escenario escolar resulta de un proceso de enseñanza y aprendizaje, en el cual el docente crea condiciones para que el alumno interactúe, utilizando objetos de aprendizaje, diferentes materiales, desafíos, problemas, experimentos, de manera que el uso de recursos variados permita una mayor participación de los estudiantes en el proceso. Estamos inmersos en una transición de escuela-biblioteca a escuela-laboratorio. En la escuela-biblioteca, lo fundamental fue el conocimiento organizado y transmitido; en la escuela-laboratorio es aprender haciendo, experimentando, experimentando, reflexionando y guiando. Postulamos que es fundamental que los alumnos participen en entornos llenos de experimentación, con actividades contextualizadas, en las que puedan explorar, equivocarse, rehacer, emprender.

Es en este escenario se propone una agenda verde en educación básica para optimizar la calidad de la enseñanza de las ciencias naturales y sus tecnologías, acciones que pueden tomar las escuelas para mitigar los efectos del aislamiento social, generar resiliencia frente a las crisis climáticas es que presentamos proyecto Mi Escuela es Sostenible (Minha Escola é Sustentável) (MMP, 2020).

Este proyecto cuenta con el apoyo de empresas brasileñas, como Cidepe (líder en el segmento de equipos educativos en América Latina), empresas de la cadena de producción de energías renovables, como Coodensol, Días Solares y Alfakit (empresas de referencia en el desarrollo de tecnologías de análisis ambiental), todos colaboradores en proyectos de responsabilidad social, nuestro mayor compromiso es con la calidad de la educación científica para todos (escuelas públicas y privadas).

 

CONCLUSIONES

La enseñanza de las Ciencias por sus particularidades, como el conocimiento procedimental, el trabajo colaborativo y el uso de equipos, se encuentra vulnerable, al igual que la humanidad toda,  a los brotes de enfermedades como el covid-19: Observamos cómo afecta las formas de vida en todo el mundo, lo cual también afecta la recuperación económica a largo plazo, si consideramos que la mitad del PIB mundial depende de los recursos naturales.

El objetivo de la educación científica cambia a medida que las necesidades de la sociedad  cambian. En este escenario de incertidumbre que proponemos una educación científica orientada a discutir los temas ambientales. Las innovaciones en educación que combinan la enseñanza presencial con prácticas de enseñanza online si está bien organizado y estructurado, presenta la posibilidad de producir mejores resultados. Formar ciudadanos conscientes de la importancia de crear una agenda verde, junto con un modelo de enseñanza hibrida, (presencial-online), con un énfasis centrado en la alfabetización científica, es la propuesta pedagógica que ofrece el proyecto Mi Escuela es Sostenible (Minha Escola é Sustentável).

 

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