Artículo Vol.1, n.º 16, 2023

Mario Berríos Caro (1943-1995): filosofía y exilio chilenos

Autor(es)

Matías Silva Rojas

Secciones

Sobre los autores

RESUMEN

El artículo intenta hacer una primera presentación de la figura de Mario Berríos Caro, centrándose fundamentalmente en la parte más desconocida de su itinerario intelectual: aquella que transcurrió en su exilio en la República Democrática Alemana.

ABSTRACT

The article attempts to make an initial overview of Mario Berríos Caro focusing mainly on the most unknown part of his intellectual path: that which takes place in his exile in the German Democratic Republic.

 

El objetivo del presente artículo es mostrar una visión panorámica del itinerario intelectual de Mario Berríos Caro, filósofo chileno exiliado en la República Democrática Alemana (RDA) luego del golpe de Estado acaecido hace 50 años en Chile. Dividiremos nuestra presentación en dos: una primera parte consagrada a su itinerario intelectual en Chile y, una segunda, la más desconocida, donde nos centraremos en su producción en el exilio que vivió, junto a su familia, en la RDA1.

Esta publicación pone de relieve un aspecto poco estudiado y asimilado de la historia de la filosofía chilena en particular, y de las humanidades y ciencias sociales en Chile en general: el exilio de una parte importante de la intelectualidad chilena luego del golpe de Estado, del impacto del exilio en los distintos itinerarios intelectuales de exiliados y exiliadas2 y del impacto de esta realidad en el quehacer universitario y en el país en su conjunto 3.

Más que sintomático respecto de esta situación es el In memoriam (Acevedo, 2015) que publica con motivo de la muerte de Juan Rivano, en abril de 2015, la Revista de Filosofía de la Universidad de Chile. Rivano, uno de los grandes protagonistas de la historia del Departamento de Filosofía de la Universidad de Chile desde mediados de la década de 1950 hasta el golpe militar, es probablemente el académico de mayor trayectoria dentro de este Departamento en sufrir el exilio. La nota firmada por uno de los miembros del Comité Editorial de la Revista, de la cual Rivano llegó a ser su director, no menciona ni su compromiso político previo al golpe de Estado ni su exilio; tampoco que desarrolló una parte importante de su carrera y su producción desde la ciudad de Lund, en Suecia, lugar de su exilio, que sólo aparece mencionado junto a la fecha de su deceso.

Ejemplo del impacto del exilio, por otro lado, es la innegable importancia que han tenido algunos filósofos chilenos exiliados para el estudio de la filosofía latinoamericana en Chile, toda vez que su presencia y actuar ha sido crucial en la puesta en marcha de, al menos, tres de los espacios más importantes respecto de estos estudios en Chile: el Centro de Estudios del Pensamiento Latinoamericano (Cepla) de la Universidad de Playa Ancha en Valparaíso, fundado en 1991 por Sergio Vúskovic Rojo a la vuelta de su exilio en Italia; el Centro de Estudios del Pensamiento Iberoamericano (Cepib), de la Universidad de Valparaíso, fundado y dirigido desde 2010 por Osvaldo Fernández Díaz4, quien vivió su exilio en París y el Centro de Estudios Latinoamericanos (CEL) de cuya fundación hizo parte Mario Berríos.

MARIO BERRÍOS EN CHILE

Mario Berríos Caro nació en Santiago de Chile el 26 de julio de 19435, en pleno invierno capitalino. Tras finalizar la educación básica obligatoria, como forma de continuar con sus estudios, Berríos ingresó al Seminario Pontificio Menor del Arzobispado de Santiago, donde comenzó la formación para el sacerdocio, finalizando al mismo tiempo su educación secundaria.

Una vez que obtuvo su título de Bachiller en Letras, finalizando el segundo ciclo del Liceo en el Seminario Menor, ingresó directamente al Seminario Pontificio de Santiago donde cursa ramos de Filosofía, Pedagogía y Ciencias Sociales. Destacaban entre sus profesores Jorge Hourton, Pedro de la Noi, Alejandro Jiménez Lafeble, Raúl Claro y Alfonso Baeza.

En 1965, tras tres años de formación en el Seminario, ingresó al programa de Bachillerato en Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Como parte de este programa, continuó tomando algunos ramos optativos de la carrera de Filosofía, cambiándose finalmente al programa conducente al grado de Profesor de Filosofía en 1969, una vez que finalizó su Bachillerato en Teología.

En plena época de reforma universitaria (1967-1973) Berríos siguió principalmente asignaturas sobre temas de filosofía social y política, particularmente en torno al marxismo, que comenzaron a impartirse tras el inicio del proceso de reforma, en una época en que en la Universidad Católica dominaban tres grandes corrientes filosóficas: el existencialismo, el marxismo y el personalismo (Celis et al., 1982). Durante 1971 fue representante de los alumnos de la Escuela de Educación frente al consejo interdepartamental6.

En el intertanto, Berríos se retiró del Seminario Pontificio por conflictos ideológicos, poco tiempo después de haber ingresado Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), partido en el que militó al menos hasta el retorno de la democracia.

Durante el Gobierno de Allende, Berríos desarrolló variados trabajos. Además de impartir clases de Filosofía en diversos establecimientos de educación secundaria y de educación de adultos, se integró en la jefatura de planes extraordinarios de Educación de Adultos del Ministerio de Educación. Además de participar activamente en la coordinación y dirección estratégica de la Jefatura, Berríos estuvo a cargo de la inserción de la perspectiva de la jefatura en las instituciones de Educación Media de adultos, cuestión difícil por la existencia de una larga tradición y una arraigada cultura docente en el seno de éstas. Mediante el trabajo con los docentes de dichas instituciones, así como la creación de lo que Berríos llamó actividades coprogramáticas, que se integraron al currículum formal de los alumnos, se pretendía potenciar las capacidades e intereses de los trabajadores en el seno de su propia educación, tanto en lo cultural como en lo político (Beca, 2018)7.

Junto con el equipo de la jefatura, Berríos trabajó en la reformulación de la metodología de educación de adultos utilizada en el ministerio, proyecto que le permitió impartir en el mismo, entre 1972 y 1973, el curso de perfeccionamiento Metodología de Educación de Adultos. Al mismo tiempo, participó en la formulación de un proyecto pionero de educación de trabajadores a través de los medios de comunicación de masas, plasmado en un programa de televisión llamado Saber… Avanzar, que debió haberse transmitido en el canal 9 de televisión, perteneciente a la Universidad de Chile.

Fuera del ministerio, Berríos tuvo la oportunidad de dictar los cursos optativos de Educación para los trabajadores e Introducción a la educación de adultos, este último junto a Nelson Escobar, en el Departamento de Política y Acción Social de la Universidad de Chile. También en el Centro de Estudios de la Realidad Nacional (Ceren) de la Pontificia Universidad Católica de Chile, impartió el curso Educación e Ideología, como profesor ayudante.

Paralelamente, Berríos desarrolló su actividad política en el MAPU, trabajando directamente con Óscar Guillermo Garretón, uno de los fundadores del partido y líder hacia el final del Gobierno de Allende de la facción más revolucionaria de este, luego de su escisión a principios de 1973[/note]La otra facción se denominó MAPU Obrero Campesino (MAPU-OC).[/note].

Titulado finalmente un año antes del golpe de Estado, como profesor de Filosofía en la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), Mario Berríos Caro salió del país junto a su esposa en enero de 1974, volando directamente a Berlín Oriental. En la RDA repartió sus casi once años de exilio entre la ciudad de Karl-Marx-Stadt, actual Chemnitz, y Babelsberg, distrito de la ciudad de Potsdam, muy cerca de Berlín. Once fue la misma cantidad de años que alcanzó a vivir en Chile luego de su retorno, en septiembre de 1984.

A su vuelta, comenzó con una intensa y recordada actividad académica. Pasó primero por la Academia de Humanismo Cristiano, gracias a una beca de investigación destinada a académicos exiliados, que le ayudó en algo con las dificultades económicas propias del retorno, como la instalación y la reinserción laboral8. Allí alcanzó a impartir el curso Historia del pensamiento filosófico latinoamericano. Impartió también clases en la Universidad de Chile (en la Facultad de Ciencias Sociales, en el Departamento de Ciencias y Técnicas de la Comunicación, y en la Escuela de Periodismo) y en la PUC (en la Escuela de Trabajo Social y en el Programa de Artesanía de la Facultad de Arquitectura).

Fue, sin embargo, en el Instituto Profesional de Santiago (IPS, posterior Universidad Tecnológica Metropolitana, UTEM) y en la Universidad de Artes y Ciencias Sociales (Arcis), donde Berríos generó vínculos más profundos y duraderos. Durante el primer año de su retorno consiguió algunas horas de clase en el IPS (comenzó en abril de 1985), donde lo contrataron como profesor a jornada completa el año siguiente, dictando cursos en diversas carreras y asumiendo distintas responsabilidades administrativas, junto con el crecimiento y posterior transformación del Instituto en Universidad9. Asimismo, asumió el rol de representación de los intereses de los académicos del IPS, participando como representante de estos tanto en la Junta Directiva del Instituto como en su Consejo Académico, además de ocupar el cargo de secretario general de la Asociación de Académicos.

Por otra parte, desarrolló de forma casi ininterrumpida diversos proyectos de investigación internos, en torno a las filosofías latinoamericana y chilena. Una parte importante de su producción posterior a su retorno apareció, en efecto, en la revista Trilogía que, como parte de la UTEM, continúa hoy con su labor editorial.

En paralelo, participó activamente en la Universidad Arcis, institución sin la cual es imposible entender una parte importante del desarrollo intelectual de Chile (particularmente de Santiago), desde mediados de 1980 en adelante. A su llegada a la Universidad, en agosto de 1985, Berríos comenzó dictando cursos de Filosofía y Pensamiento Social Chileno para la carrera de Sociología, así como el curso monográfico Aproximación a la Cultura Popular, en la maestría de Comunicación Social, curso que mantuvo hasta 1992. En 1988 pasó a formar parte de la carrera de Filosofía, donde además de hacerse cargo de los cursos de Introducción a la Filosofía y del seminario sobre Pensamiento Latinoamericano, formó parte del Consejo Académico de la carrera, donde contribuyó a la importante reformulación de esta10.

Berríos es recordado como uno de los intelectuales que dio vida y continuidad al proyecto de la Universidad Arcis. Luego de su muerte, la universidad renombró uno de los salones de su sede principal con su nombre y la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad fundó en su memoria el Centro Mario Berríos de la Cultura Popular y Apoyo a la Gestión Local, con el motivo expreso de “complementar y expandir su obra en nuestra universidad y el entorno, contribuyendo a investigar y difundir el saber y las prácticas de la cultura popular” (Arcis, s. f.)11.

La actividad académica de Berríos no se limitó, sin embargo, al espacio universitario. Desde 1986 participó en el Centro de Filosofía Escolar (CEFE)12, que desde 1983 ponía en práctica en Chile el Programa de Filosofía para niños de Mathew Lipman (Guerra, 2015). En enero de ese año, y a instancia del CEFE, Berríos viajó al Institute for the Advancement of Philosophy for Children (IAPC), para cursar el seminario Philosophy for children, dirigido por el propio Lipman. Desde entonces se desempeñó como profesor-instructor en el CEFE del programa: Pixy, Ari, Elisa para profesores de enseñanza básica y media.

Por otra parte, junto a Carlos Ossandón y Eduardo Devés, fundó el que fue, según tenemos conocimiento, el primero de los espacios académicos dedicados de forma específica al pensamiento latinoamericano en Chile: el ya mencionado Centro de Estudios Latinoamericanos (CEL), que agrupó a personas de diversas disciplinas (principalmente de historia, literatura y filosofía, pero también de disciplinas como piscología y derecho) con la intención de generar un lugar de estudio, encuentro, discusión y difusión entorno al pensamiento latinoamericano, en la amplia gama de sus manifestaciones 13. Este grupo, que nació como un grupo informal que se reunía principalmente en el salón Fundadores de la Biblioteca Nacional, llegó a contar con una editorial, Nuestra América Ediciones, y con alrededor de una decena de libros publicados en la década de 1980.

Fuera de los cerca de cincuenta artículos publicados, en la obra editada de Berríos destacan sus tres libros. Los dos últimos, publicados el mismo año de su muerte, fueron investigaciones llevadas en conjunto: Claudio Gay y la ciencia en Chile (Berríos y Saldivia, 1995), coescrito con Zenobio Saldivia, nació de un trabajo de largo aliento que ambos desarrollaron en el seno del IPS, donde Saldivia también era profesor y para el que contaron con el apoyo institucional de fondos de investigación internos. Una otra mirada. Niños y niñas pensando en América Latina (Berríos y Kohan, 1995), por otra parte, fue un trabajo realizado por correspondencia, junto a Walter Kohan, alumno en esos entonces del doctorado internacional en Filosofía para Niños de la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México, programa en el que Berríos impartió clases como profesor visitante.

Quizá el más conocido dentro de los interesados por el pensamiento latinoamericano en Chile es, sin embargo, su primer libro Identidad-origen-modelos: Pensamiento Latinoamericano (Berríos, 1988). Fue publicado en 1988 por el IPS y corresponde al tercer monográfico sobre el tema publicado en Chile, tras la Historia de la Filosofía en Latino-América, de Manfredo Kempff Mercado (1958), y Hacia una filosofía latinoamericana, de Carlos Ossandón (1984).

Como en una parte no poco importante de los exiliados chilenos, sin embargo, la obra inédita de Mario Berríos, principalmente de su etapa en el exilio, alcanzó unas dimensiones no poco importantes14.En efecto, esta producción comprende unos 1.200 folios mecanografiados, facilitados por la familia de Berríos, sin contar una decena de textos y artículos que se han perdido. Intentaremos, en adelante, dar una perspectiva del itinerario que sostiene esta obra, sin poder entrar, sin embargo, por problemas de espacio, en todos los manuscritos.

EXILIO, NACIÓN Y RENOVACIÓN

Luego del golpe de Estado, la RDA fue el primer y único país que Berríos y su esposa consideraron como destino de su exilio, más bien por decisiones políticas del partido que por motivos personales. En enero de 1974, sin haberse asilado ni haber sido obligados explícitamente por los militares, salieron del país a través del aeropuerto de Santiago rumbo a Berlín oriental, pasando a engrosar el grupo de refugiados políticos chilenos que allí comenzaba a establecerse15.

En los primeros años de la dictadura, el exilio en los países de la órbita socialista fue significativo y allí se radicaron las cúpulas del Partido Comunista (Moscú) y del Partido Socialista (Berlín oriental). En su gran mayoría, el exilio chileno en la RDA estuvo compuesto por militantes de partidos políticos y sus familiares, quienes eran acogidos por petición expresa de sus organizaciones o por el aval directo de estas (Neubauer, 1998; Pieper, 2014). Dentro de los países de la llamada órbita soviética, la RDA fue el que acogió al mayor número de exiliados chilenos, siendo los chilenos, por su parte, el mayor contingente de refugiados políticos que jamás llegó a ese país (Ulianova, 2009)16.

Aunque en la RDA Berríos pasó a ser encargado de las relaciones del MAPU con el Partido Socialista Unificado de Alemania (PSUA), su cargo de dirigente no le reportó una posición privilegiada, ni laboral ni políticamente, respecto del resto de los exiliados chilenos. Partido de muy reducida presencia en la RDA17, el MAPU no era considerado un partido cercano al PSUA, por lo que, a diferencia de los partidos Socialista y Comunista, el MAPU no recibió mayor apoyo que la posibilidad de mantener su trabajo político en el país (Álvarez Vallejos, 2006; Rodas, 2017; Hoffmann, 2018). Como la mayor parte de la comunidad chilena, los miembros del MAPU estaban supeditados en sus trámites administrativos a las decisiones del Comité Chile Antifascista, único órgano reconocido para mediar entre los exiliados chilenos y el Estado. Este funcionó como una oficina de ayuda a los chilenos exiliados en cuestiones administrativas, una especie de consulado u oficina de extranjería de los propios chilenos[noteDirigido por los partidos políticos chilenos y dominado principalmente por comunistas y socialistas, Chile Antifascista era integrado además por funcionarios alemanes. A través de este organismo, el Estado alemán externalizaba las labores administrativas respecto de la aplicación de las políticas de recepción de los exiliados, ejerciendo, por la misma vía, las tareas de control ideológico de la comunidad de chilenos, las que muchas veces se enfocaban a impedir la infiltración de los servicios de inteligencia en la dictadura (Ulianova, 2009). De esta forma, muchas decisiones de la vida cotidiana de los exiliados en la RDA eran mediadas por este Comité y, por ende, por sus mismos compatriotas, como la obtención de permisos para salir del país o los lugares de residencia y trabajo.19.

Ya en noviembre de 1974, Berríos logró conseguir un trabajo universitario en el seno de un grupo de investigación en el Departamento de Filosofía de la Technische Hochschule Karl-Marx-Stadt20. En esta universidad fue contratado como profesor agregado a jornada completa, desarrollando, fuera de su labor investigativa, la labor docente en el curso de Introducción a la Filosofía impartido por el departamento21.

La obtención de este trabajo le permite ingresar, presumiblemente durante la primera mitad de 1976, al doctorado en Filosofía en la Karl-Marx-Universität Leipzig (KMU), uno de los centros intelectuales más importantes de la RDA y donde una gran cantidad de chilenos exiliados cursaron estudios de pre y posgrado. Berríos cursará su doctorado bajo la dirección del profesor Kurt Schnelle, doctor en Filosofía, habilitado en literatura y cultura francesa e hispánica, y profesor de la sección de Germanística y Literatura de la KMU22.

Luego de cuatro años de trabajo en la Technische Hochschule Karl-Marx-Stadt, a principios del curso académico de 1979, Berríos pasó a trabajar en la Deutsche Akademie für Staats-und Rechtswissenschaft ubicada en Potsdam23, cerca de Berlín, lugar hacia donde se trasladó junto a su familia. Allí se desempeñó como profesor asistente en la cátedra del filósofo y político Michael Schumann, haciéndose cargo, al alero de Schumann, del curso de Filosofía de la Historia24.

Poco tiempo después de ingresar a la Akademie, Berríos culminó y entregó, en mayo de 1980, su tesis doctoral, que será finalmente defendida y aprobada en diciembre de 1981, con la mención cum laude. Es junto a Schumann en Potsdam, por otra parte, que Berríos comienza a trabajar, en octubre de 1980, el proyecto de investigación sobre la obra de Andrés Bello y su influencia en la formación de la nación en América Latina. Este será su último trabajo en la RDA, desempeñándose en este hasta su retorno a Chile, en septiembre de 1984.

Más que una periodización por etapas de la obra de Berríos en el exilio, nos interesa explicitar la transformación de esta entre dos centros de atención distintos. Esta transformación transcurre entre su tesis de doctorado: La creación cultural en Chile y en el exilio en la resistencia contra Pinochet (análisis y síntesis de la experiencia chilena en especial en el periodo 1973-1976) (Berríos, 1981h) y los escritos que escribió mientras trabajaba en esta por un lado, y, por otro, su proyecto de investigación: La formación de la conciencia histórica durante el proceso de formación de la nacionalidad en Latinoamérica: estudio de la obra de Don Andrés Bello (1781-1865) (1983i), investigación inconclusa que desarrolló, al menos, entre finales de 1980 y 1985, y cuyos resultados proyectaba presentar como tesis de Habilitación (Dissertation zur Promotion B, en la RDA), para ser defendida en la misma KMU de Leipzig. Esta investigación representa el estadio previo de la investigación que desembocará en su primer libro Identidad-origen-modelos: Pensamiento latinoamericano (Berríos, 1988), publicado cuatro años después de su retorno a Chile.

Al igual que para muchos otros intelectuales exiliados, una de las primeras y casi exclusivas preocupaciones de Berríos en el exilio fue la situación política y social chilena. Dentro de esta preocupación, el tema de la ideología y, en particular, el de la ideología de la Junta Militar y la lucha contra esta, será su problemática central. Berríos verá desde un principio la cuestión de la ideología directamente relacionada con las expresiones culturales, relacionando con ello la cultura con la lucha política.

En su tesis doctoral y los textos de dicha época, Berríos desarrolla un análisis ideológico de la lucha cultural, entre las formas culturales puestas en marcha por la dictadura y la resistencia popular a partir del golpe de Estado. La motivación expresa de Berríos es aportar al develamiento de la línea central de dicha dominación y a la comprensión de las relaciones ideológicas creadas en este periodo por el poder dominante en Chile.

Para ello, en la Introducción, el primer y el segundo capítulo de su tesis, Berríos hace una interpretación de la creación cultural en la historia de Chile, en tanto que una lucha por la interpretación de los valores culturales centrales que, en el caso chileno, se expresarían a través de la disputa por la definición de lo nacional. Berríos muestra que las expresiones culturales populares van adquiriendo el carácter de nacionales en la medida en que expresan y resumen aquellos valores que fueron instaurados, en tanto que nacionales, en la etapa de consolidación política de la República. Lo harán, sin embargo, como una relectura alternativa de lo nacional en su totalidad: desde la consecución de su autonomía cultural, el pueblo va a estar en posición de disputar la interpretación de la nacionalidad, en su globalidad, a la burguesía.

A esta cuestión responde también el manuscrito inédito: Elementos para el estudio del mecanismo de formación de la ideología y del ser nacional (Berríos, 1979e)25. La preparación para el análisis de la lucha cultural que ambos textos intentan se basa en el estudio del desarrollo histórico de la lucha ideológico-cultural en Chile, desarrollo que funcionará no sólo como un marco desde el cual analizar el periodo específico que aborda en su tesis, sino como base para el análisis de la lucha cultural en adelante.

Berríos concibe su trabajo teórico ligado a una praxis política, particularmente en el espacio de la lucha ideológica. En la medida que intenta ser parte de esta lucha en dictadura, la forma de comprender esta lucha y su contexto epocal mostrará el lugar específico de su trabajo en la misma. En palabras de Berríos, este lugar se resume en “poder sacar las consecuencias necesarias para la comprensión de los límites y posibilidades de la lucha ideológica en el contexto político chileno” (Berríos, 1979e, p. 3).

En el tercer y último capítulo de su tesis, Berríos comienza a analizar la lucha ideológico-cultural que se da en dictadura, desde los marcos que ha asentado en el desarrollo de su trabajo. Por ello, analiza tanto la acción cultural de la dictadura, la resistencia a esta por parte del pueblo y las relaciones entre ambas. Este será el objetivo de la totalidad de sus escritos en adelante hasta el proyecto de investigación y los llamados por Berríos trabajos preparatorios de este.

En orden cronológico, los dos primeros textos que hacen este análisis de la lucha ideológico cultural en dictadura corresponden al periodo en que Berríos finalizaba su doctorado. Nos referimos al texto de julio de 1979: El caso Ubiergo: intolerancia e intento fallido del fascismo por crear su propio ídolo (Berríos, 1979d), donde aborda la figura del cantautor nacional Fernando Ubiergo como un caso de creación y utilización ideológica de la burguesía de un ídolo popular. También a: Algunas consideraciones sobre las raíces ideológicas del proyecto de constitución de Pinochet (Berríos, 1979b)26, manuscrito inédito de noviembre de 1979 que puede considerarse una continuación cronológica del análisis de la actuación ideológica de la dictadura que realizó en el tercer capítulo de su tesis27.

Para Berríos, la lucha cultural se manifiesta como una lucha entre relecturas de la realidad antagónicas. Su análisis muestra que, después del golpe de Estado, la dinámica de la lucha cultural se mantiene dentro de la lucha por la interpretación de lo nacional. No sólo porque la dictadura plantee desde un primer momento su acción ideológica en esa dirección, sino también porque la cultura popular resiste desde un primer momento oponiéndose a dicha imposición, desde un intento de conservación y supervivencia de una forma de apropiación del mundo que se ha desarrollado históricamente y que, durante este desarrollo, ha llegado a disputarle dicha interpretación y definición de lo nacional. Esta disputa es el telón de fondo de toda la lucha cultural en el comienzo de la dictadura.

La tesis de Berríos tiene un lugar central en el desarrollo de su pensamiento. Esta centralidad se da, más que por el objetivo específico que persigue, por el camino de preparación que representa para dicho objetivo, en tanto busca hacer un diagnóstico de la lucha cultural actual contra la dictadura. Esta lucha, para Berríos, ha pasado a una segunda etapa ideológica luego del asentamiento y normalización institucional de la misma. Por ello, se hace necesario completar el diagnóstico de dicha segunda etapa y, con ello, actualizar las posibilidades y límites para afrontarla.

Así, el propósito de Berríos de analizar ideológicamente las expresiones culturales en el Chile dictatorial se extiende durante todo el periodo posterior a la presentación de su tesis, hasta meses antes de su retorno a Chile. En este tiempo escribe una serie de manuscritos en los que, por una parte, analiza mensualmente la realidad cultural chilena y, por otra, aborda algunos temas particulares sobre la cultura en dictadura. La gran mayoría de estos escritos fueron agrupados por el mismo Berríos bajo el título de Comentarios Culturales.

Los Comentarios Culturales corresponden, en primer término, a una serie ininterrumpida de comentarios mensuales que Berríos hiciera entre febrero de 1981 y junio de 1983, en donde da seguimiento a la lucha cultural en Chile, mostrando cómo dicha lucha se mantiene en el ámbito de la disputa por lo nacional. Posteriormente estos alternarán con Comentarios Culturales temáticos, no referidos necesariamente a un mes en particular.

El primer antecedente que tienen estos Comentarios Culturales se encuentra, sin embargo, en el escrito sobre el Caso Ubiergo (Berríos, 1979d), cuyo manuscrito parece ser incluido de forma posterior por Berríos dentro de la serie de los comentarios. Lo interesante de este texto no es sólo que parece ser el germen del proyecto intelectual de los Comentarios Culturales, sino que nos lleva al origen político de este proyecto y el origen material de la amplia y particular bibliografía de Berríos.

En efecto, el Caso Ubiergo fue publicado originalmente en el boletín de información que confeccionaba la Secretaría Ejecutiva de la Unidad Popular en Berlín oriental, llamado Síntesis y análisis de información sobre Chile28. La Secretaría fue una suerte de comité político de los partidos que habían formado la Unidad Popular, que cumplía las labores de coordinación política entre estos. Funcionó de forma paralela a Chile Antifascista ocupando, al menos por un tiempo, las mismas dependencias y fue dirigida en sus primeros años por Clodomiro Almeyda.

A diferencia de Chile Antifascista, la Secretaría Ejecutiva no tenía influencia directa en la vida de los chilenos en el exilio ni, tampoco, recibía mayor injerencia de los funcionarios de la RDA. Fuera de la coordinación entre los partidos, entre sus objetivos se encontraba el ejercer de interlocutor y cara visible de la izquierda chilena en el ámbito internacional y de organización de la solidaridad con la lucha antifascista chilena (Hoffmann, 2018)29.

Por otra parte, la Secretaría Ejecutiva hizo las veces de centro de documentación y análisis de información de la realidad chilena. Recibía diariamente, a través de una suscripción domiciliada en Berlín Occidental, la mayor parte de los periódicos chilenos, así como de revistas de circulación nacional, información que era clasificada por temas por el encargado del Departamento de Comunicaciones. La información era analizada en conjunto por un grupo de seis a ocho personas, que posteriormente se encargaban de hacer un análisis por temáticas separadas, tales como, situación política, economía, resistencia, represión, derechos humanos, sindical, relaciones internacionales y educación, entre las más importantes. El producto final de este análisis de información corresponde a la publicación del boletín Síntesis y análisis de información sobre Chile30.

Berríos participa regularmente de estas reuniones, al menos desde 1976, como encargado del Área de Cultura. De esta participación surge la publicación de El Caso Ubiergo y, más que probablemente, la concepción de su proyecto de los Comentarios Culturales31.

La asistencia periódica a estas reuniones, entre otras responsabilidades políticas, sería una de las razones que, según Rodas, motivaron el cambio de domicilio entre Karl-Marx-Stadt y Babelsberg, entre 1978 y 1979 (Rodas, 2017). Berríos debía hacer el recorrido desde Karl-Marx-Stadt a Berlín al menos de forma quincenal, sin grandes ayudas para el alojamiento, por lo que muchas veces debió pasar largas horas de espera en las estaciones de trenes de Berlín. Ya en Babelsberg, poco más de treinta kilómetros al suroeste de Berlín, debía bordear toda la parte occidental de la ciudad para poder ingresar por el Este y así asistir a las reuniones, que se realizaban en sábado, durante la mayor parte de la jornada, en la sede de la Secretaría32.

Los Comentarios Culturales con los que contamos parecen ser, sin embargo, un trabajo que Berríos continuó por su propia cuenta, como materiales para su propio proyecto intelectual. Aunque no hemos podido precisar del todo la fecha en que Berríos deja de acudir a estas reuniones, al tener información divergente al respecto, creemos que pudo haber sido antes del inicio de sus Comentarios. En cualquier caso, esta labor de síntesis y análisis para la Secretaría Ejecutiva le permitió el acceso a una gran cantidad de información proveniente de Chile; información de difícil acceso en aquella época, sobre todo en la Alemania oriental, y que llegaba a la comunidad de chilenos exiliados a través de la labor de grupos que, como este, distribuían la información hacia las distintas instancias de la comunidad de exiliados. Al mismo tiempo, Berríos tuvo lo posibilidad de trabajar con detenimiento dichos recortes de prensa gracias a la ayuda de Leopoldo Hoffmann, encargado del Departamento de Comunicaciones, quien se los facilitaba para su trabajo personal33.

La información recogida a través de esta vía, parte fundamental del análisis cultural que hiciera Berríos tanto en su doctorado como en los mismos Comentarios, remite a tres tipos de fuentes principales. En primer lugar, analiza algunos de los textos y actuaciones jurídicas de la Junta Militar, como la Declaración de Principios, los Decretos Ley, las Actas Constitucionales y el proyecto de Constitución, y las opiniones que de estas se vertían en la prensa chilena. Por otra parte, se basa en una revisión periódica y sistemática de dicha prensa, tanto de la oficialista, donde se encuentra el diario La Tercera, las revistas Qué pasa y Realidad y, muy especialmente, el diario El Mercurio, una de las principales fuentes del discurso oficial; así como de la prensa no-oficialista, como las revistas Análisis, Hoy o Mensaje. Finalmente, hará diversos análisis de las novedades bibliográficas, en el ámbito de la literatura como de las humanidades y ciencias sociales, que se dan tanto en Chile como en el exilio
34.

Más allá de que hayan sido o no publicados en el boletín de la Secretaría, creemos que la forma mensual y el estilo descriptivo que toman en primera instancia los Comentarios Culturales responde a esta vocación de síntesis y análisis de información para su uso político. Esto se manifiesta tanto en el título de su tesis doctoral como en el uso y lugar que le da Berríos a este trabajo en el contexto de la propia orientación política de su trabajo teórico. Ejemplo particular de esto son las publicaciones en revistas del exilio chileno que nacen directamente de los Comentarios Culturales mensuales.

En efecto, ya en noviembre de 1981, Berríos escribe un Comentario Cultural que, si bien va a corresponder al de octubre de ese año, inaugura un tipo de comentario algo más extendido que los precedentes35, que irá sobrepasando el ámbito mensual para enfocarse en distintos temas de la realidad cultural chilena, pasando a tener ya en el cuarto de estos, un título temático propio. Los seis primeros de estos Comentarios Culturales, que llamaremos temáticos y que desde el segundo marcharán de forma paralela a los Comentarios mensuales, serán publicados en revistas del exilio chileno, principalmente en el Boletín Informativo del Comité Exterior de la Central Única de Trabajadores de Chile (CEX-CUT) y en la revista Convergencia36. Centrarán su atención temas como la política cultural de la dictadura (Berríos, 1981b), la Teletón y la figura de Don Francisco (Berríos, 1982c), la noción de cultura de los culturólogos del régimen (Berríos, 1982d), la Actividad teatral en Chile (Berríos, 1982k), Las telenovelas (Berríos, 1982l) o la publicación de la Historia de Chile de Gonzalo Vial (Berríos, 1983h)37.

Un segundo Comentario Cultural, clasificado como comentario mensual por Berríos y que por sus características y su amplitud consideramos comentario temático, es: Zalo Reyes (Boris González Reyes), o la reconciliación con el hombre común (Berríos, 1983j), comentario inédito de catorce páginas correspondiente a febrero de 1983, donde hace un ejercicio de reflexión similar al del Caso Ubiergo, abordando también el fenómeno del Festival de la Canción de Viña del Mar.

Finalmente, luego de firmar su último comentario mensual, de junio de 1983, Berríos escribe, al menos, siete comentarios temáticos más, el último fechado en abril de 1984. En estos, reflexiona sobre temas particulares motivados por libros, autores o acontecimientos ligados a la lucha cultural en Chile y de los que no tenemos constancia alguna de su publicación. Todos ellos mantienen un título temático, además de llevar el título genérico de Comentario Cultural: Isabel Allende: La casa de los Espíritus (Berríos, 1983c), Omar Saavedra Santis: Blonder Tango (Berríos, 1983d), Acerca de la cultura de la entretención (Berríos, 1984c), La proposición de Hayek (Berríos, 1984d), Rayuela y El libro de Manuel: o el testimonio literario de la conciencia histórica. Homenaje a Julio Cortázar (1914-1984) (Berríos, 1984b), Raúl Ruiz, o la conciencia de la cultura perdida (Berríos, 1984e) y Tres aspectos para una crítica de la nueva literatura en Chile” (Berríos, 1984f).

Ahora bien, esta labor de análisis ideológico de las expresiones culturales hace necesario, para Berríos, clarificar la perspectiva metodológica que permita desentrañar dicha forma. En efecto, el análisis de Berríos sobre el momento de la lucha ideológica tiene siempre un doble objetivo: por un lado, mostrar las características particulares de la lucha cultural chilena respecto de la definición de la identidad nacional; por otro, ensayar y reflexionar sobre la forma en que este significado puede ser comprendido.

La importancia de esta cuestión metodológica se verá reflejada en la existencia del segundo proyecto intelectual durante el periodo previo a su retorno a Chile, que desarrolla a partir de la presentación de su tesis doctoral. En efecto, de forma paralela al proyecto de los Comentarios Culturales (1981-1984), Berríos trabajó en el proyecto de investigación: La formación de la conciencia histórica durante el proceso de formación de la nacionalidad en Latinoamérica: estudio de la obra de don Andrés Bello (1781-1865) (Berríos, 1983i), cuyo primer bosquejo data de octubre de 1980 y que pensaba ser presentado como trabajo de tesis para su Habilitación, en 1985.

Es en el desarrollo y transformación de este proyecto38, así como en la relación con sus análisis de la lucha cultural, en donde aparecerá de forma más nítida la forma y razones del desplazamiento de Berríos desde la consideración específica de la lucha cultural por lo nacional en Chile hacia la consideración de la historia del pensamiento latinoamericano.

El nexo entre ambos proyectos intelectuales y la importancia de la cuestión metodológica y política de su visión del trabajo teórico será la cuestión de la renovación, idea que aparece tímidamente en su trabajo de tesis, que posteriormente va adquiriendo importancia en los Comentarios Culturales, para pasar a ser central en las motivaciones del proyecto de investigación sobre Bello.

El concepto de renovación no es un concepto que, en principio, haya surgido originalmente de la propia reflexión de Berríos, o provenga de una discusión académica. Al contrario, está ligado de forma directa con la discusión que se dio al interior de las fuerzas políticas de izquierda como consecuencia de la derrota y el fracaso que representó el golpe de Estado y la dictadura. Este concepto surge al interior de este debate, desde una perspectiva autocrítica, en tanto que necesidad de transformación, tanto teórica como práctica, del proyecto político de los partidos del ámbito socialista. Por ello, se entendió en un principio y de forma preponderante como renovación política y, en particular, como renovación socialista. Berríos no está ajeno a esta discusión.

Berríos participará en dos de las iniciativas más amplias y de mayor impacto en el desarrollo de la discusión teórica y política sobre la renovación socialista. Nos referimos, por un lado, a las Escuelas Internacionales de Verano (ESIN), organizadas por el Instituto para el Nuevo Chile (INC) con sede en Rotterdam y, por otro, a los llamados encuentros de Chantilly (I y II), realizados en la localidad homónima cercana a París, organizados por el INC y por la Asociación para el Estudio de la Realidad Chilena (ASER-Chile), radicada en Paris y cercana al espacio de la Convergencia socialista39.

Dos cuestiones son interesantes en la particular perspectiva de la renovación de Berríos. La primera es que la necesidad de renovación constituye un momento particular de la lucha cultural y, por ende, está dada tanto para las fuerzas que emanan de la cultura popular como para aquellas de la dominación. La segunda, es que el momento de la lucha cultural en Chile es entendido también, por Berríos, como el momento de la lucha cultural en toda Latinoamérica. De esta forma, entendamos que su proyecto de investigación sobre Andrés Bello representa una respuesta al desafío de la renovación y, por ende, un intento de aportar a una nueva relectura de la realidad en clave latinoamericana.

En efecto, durante la segunda ESIN, del 19 al 28 de agosto de 1982, Berríos va a dar un curso bajo el título: Panorama de la filosofía latinoamericana, cuya duración, de tres sesiones, se ajusta a la duración de los setenta cursos que se ofrecieron en aquella ocasión, de entre dos y cuatro sesiones cada uno (Brunner, 1982)40. Creemos que en este curso se abordó la relación entre renovación y filosofía latinoamericana. Testimonio de esto parece ser la existencia de un trabajo preparatorio para el proyecto de investigación llamado: El concepto de renovación bajo el punto de vista de la historia del pensamiento filosófico latinoamericano, finalizado por Berríos en septiembre de 1982, justo después de asistir a la ESIN-2 y al encuentro de Chantilly I.

Dos son las características principales de la renovación, en tanto que diagnóstico y desafío del momento de la lucha cultural, que nos pueden ayudar a comprender cómo su proyecto sobre Andrés Bello es una respuesta directa a esta. La primera, es que la renovación implica la vuelta y centralidad, en todos los niveles y espectros culturales, de la pregunta por la identidad, por las propias raíces. La segunda, que el desafío de la renovación se plasma, políticamente, en una agudización de la lucha por la hegemonía cultural, tanto entre el pueblo y la dominación, como al interior de ambos grupos. Para Berríos, en efecto, el desafío que plantea el momento en que se encuentra Chile en tanto que necesidad de renovación, implica que en “la lucha por la hegemonía cultural en Chile, los sujetos, los chilenos, todos nosotros, tenemos un papel importante que jugar. Estamos llamados a hacer nuestra propia interpretación como parte del desafío actual” (Berríos, 1982d, p. 4).

Como hemos señalado, Berríos entiende la lucha cultural como una lucha de relecturas de la realidad. La perspectiva histórica de análisis de la lucha cultural representa la posibilidad de una correcta comprensión ideológica de dicha lucha. Su método se aboca así a encontrar el lugar de las expresiones culturales y artísticas en la lucha cultural presente, a través del sentido de la historia que dichas expresiones muestran. Es el desarrollo histórico de la lucha cultural en tanto que una disputa por la relectura de lo nacional el que mostrará la forma de superación de la dominación dentro de esa lucha y, por ende, el foco estará en la recepción histórica de las expresiones culturales.

El punto es que, frente a la cuestión de la renovación como momento particular de la lucha cultural, el gesto teórico que se plasma en la última forma que adquiere el proyecto sobre Andrés Bello, antes de ser abandonado por Berríos en tanto que proyecto de investigación para convertirse en la base de su libro Identidad-origen-modelos, es el de volver sobre la pregunta por las raíces de la identidad, pero desde una interpretación que comprehenda y supere a la relectura burguesa de lo nacional. El desafío de la renovación va a implicar, en el esquema metodológico de Berríos, la necesidad de plantear una nueva relectura de lo nacional como forma de superar la dominación. Con ello, lo central para Berríos, será la reinterpretación de la identidad desde una relectura crítica de lo nacional, que enfrente la relectura burguesa desde un origen histórico renovado. Latinoamérica, de esta manera, será la respuesta a la pregunta por la identidad nacional en tanto que superación de la identidad nacional burguesa.

Este desplazamiento lo vemos desde el mismo diagnóstico que hace de la lucha cultural. Si en un primer momento, tanto en sus Comentarios Culturales como en algunos de los que llama Trabajos preparatorios del proyecto de investigación, la renovación refería a la situación de la lucha cultural en Chile, posteriormente este pasa a ser un diagnóstico para toda la realidad cultural latinoamericana.

En el verano europeo de 1983, Berríos participa en la ESIN-3 y en la reunión de Chantilly II. La tercera edición de la ESIN, realizada en Rotterdam entre el 17 y 27 de agosto y donde Berríos presentará la ponencia: Simón Bolívar y la filosofía política, estuvo esta vez marcada por el tema del exilio. La razón de ello es que, en los días en que se desarrolló la escuela, la dictadura publicó dos de las más grandes listas con nombres de exiliados que eran autorizados para volver a Chile. El 20 de agosto de dicho año se da a conocer una lista de 1149 personas autorizadas para retornar al país. El 27 del mismo mes (último día de la ESIN-3) otra de 1.160 personas. “Las colgábamos en una puerta del local de ESIN-3 –comenta Jorge Arrate, director del INC y organizador de las ESIN– y se apilaron los participantes a buscar su nombre” (Arrate, 1985, p. 132). Ambas listas serán, con diferencia, las más grandes publicadas hasta la fecha por el gobierno, apareciendo nunca más de 126 autorizaciones en las ocho listas publicadas hasta finales de 1982 (Vicaría de la Solidaridad, 1983).

No sabemos exactamente si el nombre de Berríos apareció en alguna de las nueve listas que se publicaron hasta la del 5 de octubre de 1983, la última aparecida antes de la fecha de su retorno. Lo que sí sabemos es que ya en junio de 1984 Berríos estaba preparando el viaje de retorno, y que en julio del mismo año pregunta formalmente al Ministerio del Interior, a través de la ayuda jurídica prestada por Acnur en Chile, si tiene algún impedimento oficial de entrada al país. La respuesta negativa le es enviada el 27 de septiembre de 1984. Berríos había vuelto a Chile, sin embargo, sin esperar la respuesta oficial del Ministerio, el 20 del mismo mes, al haber obtenido la confirmación de no tener impedimentos para ingresar al país por parte del Consulado chileno en la República Federal Alemana, donde también había elevado una consulta oficial.

Berríos vuelve junto a su hija en septiembre de 1984, mientras su mujer y su hijo se quedarán en la RDA. A su llegada, entre otras gestiones, Berríos finalizará la postulación (que tramitaba antes de su viaje) a una de las becas del Programa de Retorno, que hacía parte de las ayudas que el World University Service proporcionaba para la reinserción laboral de académicos exiliados. La obtención de esta en diciembre de ese mismo año gracias al proyecto de investigación sobre Andrés Bello, logró darles un mínimo de seguridad económica para solventar la instalación en Chile, viajando su mujer y su hijo ese mismo mes, con pasajes financiados por Acnur41. Es gracias a esta beca que Berríos se integra a la Academia de Humanismo Cristiano durante 198542. Es allí donde Berríos dictará su primer curso en Chile, luego de su retorno: Historia del pensamiento filosófico latinoamericano.

BIBLIOGRAFIA DE MARIO BERRÍOS DESARROLLADA EN EL EXILIO

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  1. Esta presentación da cuenta de un trabajo de investigación de mayor envergadura que ha pretendido mostrar las imbricaciones entre la experiencia del exilo y el itinerario intelectual de Berríos, particularmente en cómo la experiencia y la consumación de una perspectiva particular del exilio puede explicar el desplazamiento, en la obra de Berríos, de la consideración de Chile como problema central de su trabajo teórico, a la centralidad de Latinoamérica. En este sentido se presenta como un aporte a la reconstrucción de la historia de la filosofía chilena y desde allí, en el mismo sentido que Berríos diera a su trabajo, al lugar de la filosofía en la construcción de la realidad sociopolítica de este suelo común que aún llamamos Chile. Esto es particularmente atingente en la medida en que, si bien en los últimos años el interés por la filosofía chilena no ha parado de crecer, el necesario trabajo historiográfico que concierne las vivencias de filósofas y filósofos chilenos exiliados y el trabajo teórico que piense la manera de abordar dicha investigación no está sino dando sus primeros pasos.
  2. Que oscilan entre el temprano abandono de las jóvenes carreras académicas de algunos o el reconocimiento intelectual a nivel internacional de otras; entre retornos exitosos, fallidos o nunca consumados; entre abundantes publicaciones o pérdidas casi completas de miles de páginas manuscritas.
  3. A mediados de 1980, se calculaba que el 46% de los exiliados eran profesionales universitarios (Vaccaro, 1991) y la Oficina Nacional de Retorno (ONR) cifraba en un 50,81% a aquellos que pertenecían a la categoría de los profesionales y técnicos (Rebolledo, 2006).
  4. Estos dos centros continúan hoy su labor de investigación y difusión del pensamiento latino e iberoamericano.
  5. Nacimiento: 26 julio 1943 – muerte: 27 de septiembre 1995, Santiago de Chile.
  6. En este contexto de constantes transformaciones y ajustes institucionales se daba, en los estudios de filosofía en la PUC, un curriculum real muy distinto del que formalmente se expresaba en los planes y programas. “Por vía de ejemplo (afirman Celis et al. 1982), se convalidaba un curso monográfico sobre Merleau-Ponty, por Ética; o sobre El Ser y la Nada de Sartre, por Antropología y Filosofía Contemporánea. Con lo cual se podía acentuar la presencia de corrientes alternativas o francamente contrarias a la inspiración tomista” (p. 153). En el caso de Berríos nos consta que, mientras cursaba su Bachillerato en Teología, siguió el seminario: Filosofía del cambio político y la Revolución, impartido por el todavía Departamento de Filosofía. También, ya en la carrera, cursó el ramo: El hombre histórico: visión cristiana y visión marxista, durante el segundo semestre de 1969.
  7. La mayoría de estos proyectos, sin embargo, fue truncada por el golpe de Estado y, aunque algunos llegaron a obtener algunos resultados positivos, lo cierto es que no alcanzaron un mayor nivel de sistematización, no pasando de ser proyectos experimentales o en fase de evaluación (Beca, 2018).
  8. Cuestión esta última particularmente difícil en aquellos años luego de la grave crisis económica que estalló en 1982. En el caso de Berríos, como en el de la mayoría de los exiliados que había vivido en países del ámbito socialista, a las dificultades mismas del retorno se añadió la mínima capacidad de ahorro que implicaba la situación de estos países, donde el principal empleador era el Estado y los servicios y necesidades básicas estaban cubiertos por el mismo. Por otro lado, se sumó también la imposibilidad de cambiar los pocos ahorros logrados, no al menos de manera legal y sencilla, por dólares o por cualquier otra moneda occidental.
  9. Se desempeñó, por ejemplo, como Coordinador de Investigación del Departamento de Estudios Generales y, sucesivamente, como jefe del Área de Ciencias Humanas, coordinador de Docencia y jefe del Área de Filosofía del Departamento de Humanidades. En 1990 asumió el cargo de director de la recién creada Escuela de Adultos, encomendado a la organización y puesta en marcha de ésta. En el momento de su fundación, se proyectó impartir, en horario vespertino, las carreras de Ingeniería de Ejecución Industrial, de Técnico Superior Industrial y de Analista de Sistemas. A este último cargo, sin embargo, renunció en septiembre del mismo año, debido a las dificultades institucionales para resolver los problemas cotidianos que conllevaba la instalación de la escuela.
  10. Carlos Ossandón, amigo y compañero de Berríos en diversas instituciones, nos comentó que este propuso, como sello de la formación de la carrera, una filosofía dialógica, “que interpelaba y se dejaba interpelar por el mundo y otros ámbitos del saber” (C. Ossandón, correo electrónico, octubre de 2018).
  11. Respecto de la relación de Berríos con Arcis, Carlos Ossandón (1996, p. 10) afirma: “Siempre hemos dicho que en Arcis discurre, con sus más y sus menos, un cierto ethos, un cierto modo de ser distintivo, que constituye algo así como un haber donde hay elementos de permanencia y de cambio. Mario no sólo formó parte constituyente de este ethos. Yo sé que nuestro rector Luis Torres está de acuerdo conmigo cuando afirmo que Mario contribuyó de manera demasiado importante a configurar ese ethos”.
  12. Afiliado al Institute for the advancement of Philosophy for Children (IAPC), institución fundada por el creador del programa de Filosofía para Niños, Matthew Lipman, en el seno del Montclair State College (hoy Montclaire State University). Lipman fue su director desde su creación, en 1974, hasta 2001.
  13. Uno de los antecedentes de este grupo y su orientación es, sin duda, el trabajo realizado por algunos de sus miembros en el Círculo de Filosofía de la Academia de Humanismo Cristiano. Los intereses y actividades de este espacio sobrepasaron, con mucho, el ámbito del pensamiento latinoamericano. Para una valoración del trabajo del Círculo de Filosofía ver a Ahumada Infante (2012).
  14. Frente a la pregunta por la gran cantidad de manuscritos inéditos de Berríos, María Teresa Rodas, su viuda, hizo referencia a la dificultad que siempre tuvo para hacerse un hueco dentro de la intelectualidad del exilio chileno, sobre todo por las prerrogativas que en la RDA tenían tanto el Partido Comunista como el Socialista, cuestión que, en su opinión, hizo muchas veces difícil la publicación de sus escritos (Rodas, 2017). Esto se ve refrendado por el hecho de que, a su vuelta a Chile, la mayor parte de los manuscritos de Berríos sí fueron publicados.
  15. No sabemos con exactitud las razones que llevaron a Berríos y su esposa, también de activa militancia en el MAPU, a tomar la decisión de exiliarse tan sólo cuatro meses después del golpe de Estado. Fuera del contexto brutalmente represivo del momento y los innumerables factores y valoraciones personales, es presumible, sin embargo, que la cercanía del trabajo político de Berríos con Óscar Guillermo Garretón influyera decisivamente. En efecto, luego del golpe, Garretón pasó a ser uno de los principales objetivos de la Junta Militar en sus primeros días.
  16. Al igual que para el conjunto del exilio chileno, la cuantificación de este en la RDA es muy difícil de realizar, estimándose entre 1500 (Chile-Informationsbüro, 1999; Maurin, 2005) y 5000 (Krämer, 2004) el número de refugiados chilenos que recibió este país. Según Pieper (2014), para la primavera de 1975, había ya cerca de 1000 refugiados chilenos.
  17. Contó con tan sólo cinco o seis militantes en la RDA, todos viviendo en distintas ciudades (Rodas, 2017; Hoffmann, 2018).
  18. .

    El primer trabajo que Berríos obtuvo en la RDA fue en los hornos de la VEB Schraubenkombinat Karl-Marx-Stadt, fábrica de tornillos que funcionaba en tres turnos de ocho horas diarias, rotativas semanalmente entre su plantilla. La semana que Berríos cumplía el turno de mañana, aprovechaba para asistir a los cursos vespertinos de alemán18En un primer momento la política de empleo dirigida a los refugiados chilenos distinguió, en la práctica, diferentes estratos. Un primer nivel lo ocupaba el reducido número de dirigentes políticos que fueron asimilados al rango de altos funcionarios alemanes, muchas veces con vivienda, automóviles oficiales y abastecimiento por parte del Estado, además de una libertad de movimiento internacional, con las que no contaban los demás ciudadanos de la RDA ni la mayoría de los exiliados chilenos. Un segundo nivel correspondía al de los jóvenes que fueron inscritos en diversos centros educativos y universidades. Finalmente, la gran mayoría de los exiliados pasaron a ocupar los trabajos ofertados por el Estado, que comprendían desde los escasos puestos vinculados con trabajos editoriales en castellano hasta una mayor oferta de puestos obreros industriales (Ulianova, 2009). Este fue el caso de Berríos. Este modelo de inserción laboral, que operó principalmente durante los primeros años del exilio, fue conocido entre los exiliados como “proletarización”, en la medida en que un gran número de profesionales e intelectuales vieron de alguna forma subvaloradas sus capacidades y experiencia profesional. La proletarización como política consciente de inserción laboral, sin embargo, fue vivida principalmente por la primera oleada de exiliados, y ya para 1977 era una realidad más bien excepcional (Álvarez Vallejos, 2006).

  19. Actual Universidad Tecnológica de Chemnitz. No hemos podido obtener información de quién era el encargado de dicho grupo de estudio, ni de su temática particular.
  20. No sabemos si este curso lo impartía en solitario, en compañía de otros profesores agregados, o como ayudante de un profesor titular. En cualquier caso, debido a la orientación técnica de la universidad, es muy probable que el curso haya sido parte de la formación de base de diversas carreras. Por otra parte, es probable que este curso lo haya impartido luego de algún tiempo considerable en la universidad, sobre todo por la necesidad del dominio del alemán.
  21. Schnelle se especializó, al final de su carrera, en literatura y cultura hispanoamericana, centrándose en la cuestión del pensamiento histórico. Anteriormente se preocupó de las figuras de la Ilustración y la Revolución Francesa y su relación con Alemania. Podemos destacar su biografía sobre José Martí (1981), su edición de un volumen sobre narrativa cubana (1973) o un texto sobre el pensamiento histórico en Mme. De Staël y Simón Bolívar (1986).
  22. Fue un centro científico y universitario dedicado especialmente a formar a funcionarios de alto nivel de la RDA en Derecho, Ciencias políticas y cuestiones relacionadas con las políticas de Estado. En 1991 pasa formar parte de la Universität Potsdam
  23. Michael Schumann fue miembro, entre 1989 y el 2000, de la ejecutiva federal del Partido del Socialismo Democrático (PDS por sus siglas en alemán), heredero del PSUA luego de su reforma de 1989, donde se distanció del estalinismo. Schumann se hizo conocido para la opinión pública alemana al pronunciar la ponencia Wir brechen unwiderruflich mit dem Stalinismus als System! (¡Rompemos irrevocablemente con el estalinismo como sistema!) en el congreso extraordinario del PSUA en diciembre de 1989, donde se reforma el partido. En 1995, tras la muerte de Berríos, Schumann le dedica su intervención en la sesión plenaria de la conferencia Fünf Jahre Partei des Demokratischen Sozialismus in der Bundesrepublik Deutschland. Die historisch-politische Debatte der PDS (Cinco años del Partido del Socialismo Democrático en la República Federal de Alemania: el debate histórico y político del PDS). La intervención se titula: PDS: Geschichte und Politik. In Erinnerung an-Mario Berríos Caro (1943-1995), chilenischer Sozialist und marxistischer Gelehrter (PDS: historia y política. En memoria de Mario Berrios Caro (1943-1995), socialista chileno y erudito marxista) (Shumann, 1996).
  24. Este estudio, además de una introducción y una conclusión general del conjunto, está compuesto por dos monografías que, aunque integrarán en sus argumentos centrales parte del primer capítulo de su tesis, plantean interesantes cuestiones suplementarias respecto de la perspectiva metodológica de Berríos y las conexiones de esta con la realidad chilena. Profundiza, por otra parte, en aspectos que en la tesis toca de forma más superficial.
  25. Este texto corresponde, probablemente, al contenido de la presentación homónima que realizara en julio de 1979, en una discusión organizada en Berlín por la revista Neue Justiz.
  26. Para analizar la acción cultural de la dictadura, tanto en el tercer capítulo de su tesis como en estos escritos, Berríos se centra tanto en los innumerables Decretos Ley promulgados por la Junta Militar de Gobierno, así como en la Declaración de Principios, textos que conforman el marco jurídico bajo el cual gobierna la Junta hasta 1976, relacionándolo de manera directa con el enfoque que la dictadura da al problema educativo. En dicho año, la Junta Militar promulgará las Actas Constitucionales y mandatará el Proyecto de Constitución, cuestiones que centrarán la atención de Berríos en el texto de Algunas consideraciones… (Berríos, 1979b).
  27. No hemos podido, sin embargo, encontrar ningún ejemplar de dicho número.
  28. Esta labor, sin embargo, nunca fue unitaria en el exilio político chileno ni, mucho menos, hegemonizada por la Secretaría Ejecutiva con sede en Berlín Oriental. Mucho más reconocida ha sido, por ejemplo, la labor de Chile Democrático, oficina de índole similar que funcionaba en Italia, con el decidido apoyo de sindicatos y partidos políticos de izquierda italianos.
  29. Síntesis y análisis fue una publicación rústica (mecanografiado de hojas sueltas con una sola grapa de sujeción), que en una primera época tuvo una periodicidad quincenal y presentaba distintos apartados enfocados en las temáticas que analizaba el grupo. Por otra parte, era muy restringida en términos de público, llegando principalmente a la dirigencia de los partidos, a algunos grupos organizados del exilio y a oficinas y organizaciones de solidaridad con Chile en Europa, fuera de ser utilizada como insumo para las decisiones políticas de la misma Secretaría (Hoffmann, 2018).
  30. En efecto, este es el origen que la propia viuda de Berríos le da al proyecto de los Comentarios (Rodas, 2017).
  31. Para Gerardo Vidaurre, vecino de Berríos en Babelsberg, integrante del grupo como encargado del análisis de las noticias de corte sindical en particular y compañero habitual de este en el viaje hacia Berlín, estas reuniones significaban el momento más feliz de la quincena, al poder estar en “contacto directo” con las noticias de Chile (Vidaurre, 2018).
  32. El mismo Hoffmann recuerda haber leído algunos de los textos que Berríos hiciera en esa época sobre la base de dicha información, textos que creemos corresponden a parte del proyecto de los Comentarios Culturales. Por otra parte, aunque Hoffman no lo recuerda con exactitud, cree que es probable que le haya facilitado los recortes aun de forma posterior a que Berríos abandonara el grupo de análisis.
  33. La relevancia de cada una de estas fuentes irá avanzando conforme avancen sus escritos, desde el análisis jurídico al análisis literario, pero siempre desde la perspectiva ideológico-cultural.
  34. Hasta ese momento, los comentarios tenían una extensión de entre una y dos páginas. El comentario de noviembre de 1981 llega a las cuatro páginas. En adelante, salvo excepciones, tendrán entre tres y cuatro páginas cada uno.
  35. Esta revista no debe ser confundida, sin embargo, con Convergencia. Revista del socialismo chileno y latinoamericano, una de las revistas más importantes dentro del llamado socialismo renovado, nacida en México y posteriormente publicada en Santiago de Chile. Tampoco refiere a la mucho menos conocida revista Convergencia socialista: lucha y unidad contra el fascismo publicada por la sección Camarade Président Salvador Allende, en Liège, Bélgica, que mezclaba análisis políticos con recortes de prensa nacional e internacional respecto de la situación chilena.
  36. Los cuatro primeros publicados en Convergencia y los últimos dos en el Boletín Informativo.
  37. Conocemos la existencia de tres formulaciones distintas de este proyecto, de las cuales sólo hemos podido tener acceso a las dos últimas. En la tercera de estas, se mencionan diez trabajos preparatorios, que apoyarán el tema central en el tratamiento de problemas particulares de cada capítulo de la investigación. Por problemas de espacio, no podemos hacer mayor referencia a estos.
  38. Específicamente al Secretariado de Partidos de Convergencia Socialista, que se había constituido en Santiago, incluyendo a los dos MAPU, la Izquierda Cristiana y una facción de PS liderada por Ricardo Núñez.
  39. No tenemos constancia de que existan actas de la ESIN-2.
  40. Esta beca tenía una dedicación de media jornada con un año de duración (Araya, 1991).
  41. En su postulación, Berríos presenta una carta de recomendación de Arturo Gaete, presidente en ese momento del Círculo de Filosofía de la Academia de Humanismo y antiguo profesor de Berríos en la Universidad Católica, quien se compromete, de obtener Berríos la beca, a acogerlo en el seno de la Academia.