NOSTALGIA DE RODRIGO LIRA (inédito, 1995)
Carga en hombros de hombre
un poncho, pellejo humano.
La historia del mundo
en una cartilla de Pollagol
llena de notas al margen.
Dibuja en su piel el mapa
de la plaza, del barrio, del centro.
Lugar donde fumar unos pitos
bajo frondosos árboles
del Pedagógico.
Quién detendrá la marea del tiempo
con los brazos abiertos:
sangre, saliva y llanto.
Autocultivo de un cuerpo expuesto
a los especialistas de turno.
Flor desgarrada, viento suave, tarde de estío.
Todas palabras no dichas, los poemas perdidos
en el piso de un bus del recorrido.
Flor delirio y el pequeño dios
agonizando sobres sus papeles húmedos.
Tumba florecida en cogollos, chilombianos
piedras. Piedra rodante.
Drama de un arcángel desesperado.
Epopeya particular de un héroe anónimo,
anonimado.
Ciudadano que lee hasta los boletos de micro
y no para de azuzar a intelectuales
poetas, superpoetas, canonizadores.
¿Raro no?…
Aquestos rindiendo honores al pabellón.
-¡Rodrigo Lira!-
cuánto vale el show.
En TV la tragedia era fue una anécdota mediática.
Hubo conciencia, inocencia, ignorancia,
niño gordo criado
en la vieja escuela del desprecio.
La imagen masajeó el mensaje,
el rostro del bardo y su gesto adusto
en el programa de medio día.
Un Otelo que solo pedía
un poco de atención.
Lloraba el jurado (reía nervioso)
Yolanda Montecinos estupefacta
lo olvidó todo.
Poeta y laurel,
premio en efectivo
que se perdió en las cantinas
del vino brutal
donde viene esa luz de crepúsculo
que inspira
al topógrafo y su fisonomía sangrante
en la piel.
Fiesta permanente.
Sábado salvaje.
Los poetas juegan en tercera división.
Tina blanca,
un cuerpo herido en el frío.
Romano procónsul aquel
fatídico día en el agua
densa y roja
(tu caldo de cultivo)
donde se perdió
una figura consular de la poesía
chilena desconocida
para el público
que es el problema de toda
obra que no quiere
mamar las tetas
del gran poder político que le importa
un carajo la poesía
por decir algo suave
y no epatar al lector.
Se escribe en los baños
-RODRIGO LIRA VIVE-
Buitres de antaño
vociferarán amistades
en contra del difunto
-…¡Buuájhh!…-
Sé que desde la tumba
escupes sus mejillas,
besas los ojos
del mendigo ciego del paseo Ahumada.
Profeta impertinente.
Cañerías de cobre gimen
interpretando la marcha fúnebre
y las cebollas lagrimean el hambre
colgando de los balcones
de la Ilustre Municipalidad de Santiago.
El rumor del calefón
encendido cómo música
de fondo en el happy end
una mañana gris de otoño
(sin público).
Patio de luz
de un edificio antiguo de Santiago centro,
pasillos interminables
donde la costurera obnubilada
zurce a tu espalda la camisa blanca,
entre escaleras grises
y gatos que se alejan
por los rincones solitarios
de edificios públicos
que crujen de pena
a causa tu muerte inesperada.
Vega Central, el pantano.
Toque de queda.
Av. Guillermo Mann,
Av. Quilín.
Los traficantes se pasean
por la tarde enjaulada
y cuando tu cadáver
pasa volando
por avenida Grecia con Salvador
te lanzan debutales, cidrines, chicota.
Desde abajo los pacos
disparan salvas, veintiún cañonazos.
Los Jipis del caset “Dip Pirple”
honran tu figura en la esquina periférica,
botella de pisco cuatro bebidas.
Las musas que amaste
muestran sus pechos inflamados
de pasión obnubilada.
Amigos, enemigos, amienemigos,
tontos líricos,
adoradores incondicionales
escriben el epitafio fin de siglo
performance cultural, marco teórico.
Chile, Chile las prostitutas
desconsoladas por tu desaparición.
-¡¡¡¡Muérdanse el cuello!!!-
Una micro viene bajando
por Estación Central.
Se llevará a los niños,
a las mujeres y ancianos.
Lo que la marea del arrojó
a la playa de estacionamientos.
La divina juventud
a cabezazos contra los semáforos.
Meando los árboles
que tú marcaste primero
“cachorro”.
Aquellos niños que odian
la decadencia del cuerpo
y se tragan el primer verso
que les toca el corazón.
Tú serás siempre joven
(aunque ya eras viejo)
Bebedores anónimos
flotando en el humo
de la noche de viernes.
Héroes de pacotilla
drogados por el parque
buscando los lugares
que frecuentabas.
Epílogo:
domingo en la mañana.
Se puede caminar
por las calles tranquilas.
Se puede rogar un milagro
a la virgen del cerro.
Desciendes.
Córtale
el pulso a la tarde
que muere
desangrándose
sobre la cordillera
que aún
respira.
LA VIRGEN (inédito, 1991)
Primípara del pez:
hijo, roca, silicio.
Mujer de plata.
Murmullo de sicomoro sagrado
Florida en el canto del grano
y el ardor quieto de lo pobre.
Estrella del mar.
Caen lágrimas del cielo
sobre los dolientes.
Agua marina del Pacífico.
Tu mejilla perfecta, tu seno,
lengua de fuego en tu frente.
Cristal sumergido en un lago ignoto.
Mujer preciosa e invisible.
Escucho el rumor de la campana
que salió volando,
el martillo sobre el madero.
Florida en amor y sangre,
amanecida del sueño inmutable.
Lo imponente como dominio y signo.
Tareas sencillas,
pan del hogar, agua en el cántaro,
y el misterio de un relámpago
congelado en tu vientre.
La cruz sobre la montaña,
la virgen extendida en el horizonte.
Origen de agua milagrosa.
Vertical tu figura, un nuevo tótem,
un signo nuevo en la verticalidad
de tu consigna.
Sobre el mundo el obelisco
se consume agotado
en un fuego oscuro.
Ante tus ojos vencido,
ante ti con mi cuerpo al aire
por tu amor vegetal.
Lo misterioso y evidente a la vez.
Madre.
El mal bajo tus pies
y la luna nueva.
El mal sobre mi sombra,
mis deseos.
Bajo tus pies la respuesta.
El mal revolcándose en su bálsamo
desquiciado gritando
miles de nombres, nombres, hombres.
No pregunten a la serena,
véanla en su imagen concreta.
Ay sí, mujer
como el pasto o las flores,
flores que en su colorido
desesperan las canteras de la muerte.
Flor que hierve en el amor
y su reloj de polen.
Cosas que en libertad
viven para siempre,
en su ritmo de sal y silencio.
No lo eterno,
solo la promesa de lo eterno.
Mi niña, mi flor
nervadura en mi pecho.
La he signado con tu nombre
María,
como otras que en tu mirada
son la mirada misma.
Ellas subieron el Gólgota,
la prostituta, la pobre, la viuda.
Rodillas sangrando y el sol
derritiendo sus pechos.
La niña, la flor
a ti la entrego en el ritual arcano.
Su cuerpo pequeño y bueno
en la verticalidad de tu designio.
Su campo de cultivo y su sonrisa.
Ella es como tú.
Niña y flor.
Palabra viva que es aliento
en la montaña profunda.
Protégela
de la multitud que aúlla.
Protégela.
Mártir, santa, niña
la loca de la noche
y su madre suicida.
Son una en ti
han ganado el perdón.
Tú eres la misma siempre.
La que parió hasta volverse
una selva impenetrable.
La que lloró hasta inundar el mar,
la que se hirió los brazos
al final de la germinación de los sepulcros.
Virgen sagrada María
no comprendo el río que te baña
pero intuyo el agua que te cruza.
Gota a gota, cada gota de tu sangre,
cada estrella de tu mente
que es una planicie por siempre
verde.
Casa, desierto, hogar,
anciana dormida en la silla.
Voy rezando tus misterios
y los ojos se me llenan de escarcha
que cae ante el roce de tus manos
María
tú que estás a la derecha de Dios,
a tus pies
dragón
y luna.
ACORAZADO 19-10-19 (inédito, 2019)
«El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer.
Y en ese claroscuro surgen monstruos»
Gramsci.
Soy un acorazado
un acorazado vetusto, desvanecido, inclinado.
Pasado de moda, atemporal e inerme.
30 mil toneladas de pesares
y unas cuantas guerras perdidas (si no todas).
Viajo lentamente por el cielo
como la vaca de Zurita por el desierto de Atacama,
impulsado por vientos transversales y adversos
que me hacen perder rumbo esclarecido.
Pienso en que mis días llegan a su fin,
en todo este tiempo perdido.
Pienso dejarme caer sobre Plaza Italia
o lo que fue
(juro que moriré llamándola Plaza Italia)
Ahí deshuesaré mi blindaje
y levantaré un parque de diversiones.
“Fantasilandia” extremo, excitante
un parque en guerra
donde materialistas y dialécticos puedan pasarla bien.
Cerveza gratis para la primera línea,
hamburguesas de soya para los animalistas.
Todo gratis, absolutamente todo.
Cada viernes será una fiesta tecno encubierta.
Danzaremos hasta el amanecer
lanzaremos bengalas de colores.
Habrá sexo para todes
codo a codo entre la metralla y balines de sexo sin cesar.
A la medianoche cerraré
mis bodegas extenuadas y vacías.
Ahora busco una tumba donde ocultarme.
Soy un viejo pontón oxidado.
Cruje el maderamen (cuando duermo).
Mis velas están rotas
como banderas de una fortaleza vencida.
Mi pesadilla es un mar inmóvil y seco, un lago de piedras
donde naufraguen todos mis sueños.
No quieran que me levante esta vez.
No me pidan consejos,
ni églogas al futuro esplendor.
Deshuesen mis depósitos
rompan mis cañones para levantar barricadas.
La nueva patria de todes
los chilensis y que los jóvenes intransitables
digan lo que debemos ser.
Ahora decaigo como un gran
congelador obsoleto.
Como una lavadora enardecida.
Valgo menos que una maleta llena de humo,
aunque a la platea le digo
que soy en realidad caballero antiguo
que sufre por el amor de una
doncella que vive en el campo.
Acepto mi mala suerte voy desvaneciéndome
como bruma del amanecer.
Soy un acorazado
blindado de fracasos y contradicciones.
Estoy a punto de convertirme
en un Holandés errante.
Espíritu anacrónico
varado en un océano inconprensible.
MI PENA (inédito, 1997)
a Xaviera
Voy con mi pena de la mano
a las nueve de la noche de un lunes
por un barrio antiguo de la ciudad.
Ella (mi pena)
es una niña de grandes ojos verdes,
aunque callada a veces
al mirarme me zahiere
con preguntas
que no puedo responder:
¿Qué si el cielo es de piedra?
¿Qué si el aire es de azogue?
¿Qué si el fuego frío de los tristes
nació en un montaña perdida?
Así es mi niña (mi pena)
camina junto a mi sombra al caer la tarde.
A veces en las noches
se queda dormida
sobre mi silla de poeta.
Yo me despierto sin hacer ruido
para contemplar su sueño
de melancólica belleza
y sigiloso robarle una lágrima azul
que escapa de sus ojos
para qué en su extraña luz
pueda escribir
este poema.
Acerca del autor
Juan Pablo del Río nació en Santiago de Chile en 1960. En 1991 publicó el poemario Tercera Revelación. Apareció en las antologías: Antología de la poesía erótica (1997), Otro mundo es posible (2001), Antología del Grupo fuego de la poesía (2009). Ha incursionado en teatro con la obra El Seno que no da vida mata (1988). También obtuvo un Fondart para la realización del documental 326, Pablo de Rokha – La Pirámide. Ha obtenido tres menciones honrosas en los concursos: de la Asociación de Panificadores (1997, género poesía), de cuentos Teresa Hamel (2013) y de poesía Aguja Literaria (2016). Además, publicó una crónica en la antología Elogio del bar. Bares y poetas de Chile (2014).
En 1997 organizó recitales de poesía para la pastoral Católicos en el Arte. Perteneció al colectivo de música electrónica y poesía Poetas Marcianos, entre 2011 y 2014.
En 1988 organizó el evento Festival de Corazones Duros en el Centro Cultural Mapocho, que reunió a un numeroso grupo de poetas, músicos y pintores de la época, entre ellos: Víctor Hugo Díaz, Jesús Sepúlveda, Álvaro Leiva, Sergio Parra, entre otros. También a los pintores de Contingencia Sicodélica y grupos de música como Fiskales Ad-Hok, Josefina Rock, Necrosis, entre otros.
Publicó en 2021 su segundo libro, El Gordo Willy.
Actualmente es el coordinador del concurso literario escolar para estudiantes de enseñanza media de colegios públicos Albatros Convocado por la Corporación Cultural “Albatros”, patrocinado por la Sociedad de Escritores de Chile y la Universidad Tecnológica Metropolitana.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Del Río, Juan P. (2021). El Gordo Willy. Santiago de Chile: GS Libros.
Del Río, Juan P. (2014). El bar tricolor. En Elogio del bar. Bares y poetas de Chile. Gonzálo Contreras ed. Santiago de Chile: Étnika.
Del Río, Juan P. (1992). Tercera revelación [1985-1990]. Santiago de Chile: Ediciones del tosco.
Del Río, Juan P. (1994). 329 Pablo de Rokha La Pirámide. Documental sobre la vida del poeta Pablo de Rokha. [YouTube]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=MGC3LMiT7cQ
Del Río, Juan P. (28 y 29 octubre 1988). Corazones duros: afiche. En: Yehuas del apocalipsis. Recuperado en: http://www.yeguasdelapocalipsis.cl/afiche-corazones-duros/
Moreno Duhamel, J. (30 de marzo de 2014). Entrevista a Juan Pablo del Río realizador y documental 316 Pablo de Rokha. [YouTube]. Recuperado de:
Maack, A. (14 de marzo 1993). La poesía es como Dios, algo misterioso y a la vez evidente. El Sur (Concepción), p. 9. Recuperado de: http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/628/w3-article-194187.html
Aránguiz, C. (22 de diciembre de 1992). Tercera revelación de un poeta nuevo. Diario La Nación, p. 34. Recuperado de: http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/628/w3-article-192233.html